Regreso a la “habitualidad” después de 3 semanas de lo que podría llamar “mi período de fermentación”. Estuve casi ajeno a toda actividad gregaria, metido, la mayor parte del tiempo en un espacio de unos cuarenta metros cuadrados, acompañado de decenas de películas y algunos libros que deseaba leer. Ha sido el retiro más radical que he tenido hasta ahora pero, contra lo que se pudiera pensar, no tiene nada que ver con depresión, anhedonia ó nihilismo. Lo disfruté muchísimo aunque, debo confesar, los últimos días ya sentía el cosquilleo de reanudar mi cotidianeidad, en la que incluyo, por supuesto, reconectarme con mis contactos blogueros. El retiro verdaderamente radical espero que ocurra dentro de muchos años a pesar de la ominosa derrota que sufrí en relación a abandonar el cigarrillo. Fumé bestialmente.
Luego les platicaré sobre mis lecturas y “visturas”, por lo pronto, les comparto mis impresiones sobre la noticia de un intento de “retiro” un poco menos “bizarro” – en el sentido anglo- que el mío:
Luego les platicaré sobre mis lecturas y “visturas”, por lo pronto, les comparto mis impresiones sobre la noticia de un intento de “retiro” un poco menos “bizarro” – en el sentido anglo- que el mío:
Diego, prepúber de 10 años de edad, ha saltado del anonimato total en nuestro áspero Monterrey, a la súbita fama proveída por uno de los vespertinos locales, el “Extra!”, periódico de línea editorial merecedora de la atención de antropólogos sociales por su consistente adhesión al pensamiento y a la semiótica Neandertal.
El rojizo – que nunca “rojillo”- periódico, publica la foto del polluelo, recostado en su cama, con la mano apoyada en uno de los tubos de la cabecera. El reportero nos hace saber que la mano no está apoyada sino adherida al tubo con “Pegamento Industrial” y nos informa que la simbiosis entre Diego y el tubo fue parte de un “ardid” del primero – el tubo, se deduce leyendo el “Extra!”, fue participante pasivo- para “evitar a toda costa ir a la escuela después de las vacaciones navideñas”.
El rojizo – que nunca “rojillo”- periódico, publica la foto del polluelo, recostado en su cama, con la mano apoyada en uno de los tubos de la cabecera. El reportero nos hace saber que la mano no está apoyada sino adherida al tubo con “Pegamento Industrial” y nos informa que la simbiosis entre Diego y el tubo fue parte de un “ardid” del primero – el tubo, se deduce leyendo el “Extra!”, fue participante pasivo- para “evitar a toda costa ir a la escuela después de las vacaciones navideñas”.
La madre “del niño, pidió auxilio por teléfono a los socorristas, luego de que al darse cuenta de la situación trató de despegar sin éxito al niño”.
Acudieron elementos de la Cruz Verde y de Protección Civil quienes… “primero, intentaron despegar la mano del menor con agua, aceite y acetona, sin éxito. Posteriormente, un elemento de Protección Civil de Estado llegó con un disolvente especial, y logró despegar al estudiante. “
Leyendo lo anterior sentí alivio y mayor confianza en nuestros Protectores Civiles porque, conociendo algunos de sus heroicos rescates, pudieron haber optado por amputar la mano del güerco.
Para cumplir con su misión apostólica consistente en educar a nuestra cumbianchera población, el “Extra!” termina la nota advirtiendo, en equivalencia a la vieja frase “El crimen no paga” que:
“Tras ser despegado del respaldo de su cama, el niño no se salió con la suya pues tuvo que ir a la escuela 1 de Mayo, cerca de su casa, donde cursa el quinto año de Primaria..........”
La lección de vida que nos ofrece el reportaje tiene un valor inapreciable porque nos ofrece la opción, impensable antes de Diego, de pegarnos al teclado de nuestras computadoras para no salir de casa y pasar a la posteridad, en una foto del Extra! ó su infaltable equivalente en cada ciudad, con un socorrista analizando la situación mientras nosotros, impávidos, seguimos viendo la pantalla… alucinados.
Acudieron elementos de la Cruz Verde y de Protección Civil quienes… “primero, intentaron despegar la mano del menor con agua, aceite y acetona, sin éxito. Posteriormente, un elemento de Protección Civil de Estado llegó con un disolvente especial, y logró despegar al estudiante. “
Leyendo lo anterior sentí alivio y mayor confianza en nuestros Protectores Civiles porque, conociendo algunos de sus heroicos rescates, pudieron haber optado por amputar la mano del güerco.
Para cumplir con su misión apostólica consistente en educar a nuestra cumbianchera población, el “Extra!” termina la nota advirtiendo, en equivalencia a la vieja frase “El crimen no paga” que:
“Tras ser despegado del respaldo de su cama, el niño no se salió con la suya pues tuvo que ir a la escuela 1 de Mayo, cerca de su casa, donde cursa el quinto año de Primaria..........”
La lección de vida que nos ofrece el reportaje tiene un valor inapreciable porque nos ofrece la opción, impensable antes de Diego, de pegarnos al teclado de nuestras computadoras para no salir de casa y pasar a la posteridad, en una foto del Extra! ó su infaltable equivalente en cada ciudad, con un socorrista analizando la situación mientras nosotros, impávidos, seguimos viendo la pantalla… alucinados.
La nota y foto originales están publicadas en el blog de “Javy Regio”, cumbianchero de hueso colorado, en http://javyregio.blogspot.com/
6 comentarios:
Pues bienvenido de vuelta a lo blogueril.
Ya no se necesita pegarse al teclado de la computadora. Ahora tenemos las blackberrys.
Un Abrazo.
Ya que despegaron al niño, ahora que amarren a la señora, porque ella, como parte del entorno del escuincle, tiene mucha culpa.
Es cuestión de echar un rápido vistazo.
Porque a un niño se le consiente con una televisión pegada al borde de la cama?
una televisión grande, a colores y control remoto, al cual, por lo que se ve, el mocoso tiene acceso a cualquier hora de la madrugada.
Solo hay que ver la imprudencia del niño (no tan pequeño) que muestra en la fotografia, mientras el soccorista suda la gota gorda, el "guerco" no pierde detalle de "los padrinos mágicos", una caricatura nada recomendada para un niño, pero muy exitosa.
Esas son las gracias de los niños de hoy en día.
el miedo al cambio, el amor al placer; alguien hara las cosas por mi, por hoy no quiero crecer; mañana sera un indocumentado mas.
o exagero?
doctor, que usted logre cumplir con su esfuerzo sus propositos para este 2008, un saludote desde delicias chihuahua
y fijate como en usa la conducta de los escolares inadaptados es la violencia, el asesinato de sus maestros y de sus compañeros de escuela -lo mismo hacen con los paises, los invaden, los bombardean, destruyen el problema; y aca con nosotros la conducta es la negacion como tu dices de la realidad, yo no le entro al problema, aqui me ato y espero a que pase, de alguna manera alguien lo solucionara en algun momento, si aqui estoy tan agusto en el seno de mi madre, que me dijo: no estoy yo aqui, que soy tu Madre? eso es lo que yo queria escuchar
"...el tubo, se deduce leyendo el “Extra!”, fue participante pasivo": JAJAJAJAJA!!!!
Por lo de la fumada... caray... ¿cómo leer dos horas sin encender un cigarrilo?
Por si fuera poco lo dicho por Dull, esa televisión está demasiado cerca de los ojos del escuincle malcriado (malcriado por su jefa, claro).
Gracias, Antonio, por la bienvenida al “ambiente”, por tu visita y comentario.
Mi relación, querido Toño, con la tecnología moderna es tan amorosa como la de Benazir Butho con la bomba que la mató....¿qué son las blackberrys?
Placer leerte
Fíjate, tocayo, que a mi, además del papel que la madre debe jugar en el asunto, me llamó la atención la ausencia de la figura paterna en la nota periodística.
Aunque sin información, creo que se podría deducir, por los actos de Dieguito, que hay una ausencia real ó de facto del padre, en el pueril intento del prepúber de combatir una realidad: Asistir a clases. Hay una corriente de pensamiento psicoanalítico que atribuye al padre la transmisión de los patrones de relación con "La Ley", eg, el cumplimiento con normas y obligaciones sociales.
Sin embargo, en una aproximación abierta a posibilidades, también habría que preguntarse si en el ambiente escolar de Diego pudiera haber factores indeseables que aumentaran el impulso a no asistir (pienso en acosos de algún tipo)
Es interesente tu acotación en relación a la omnímoda televisión en el cuarto del chico y, cuando vi la foto, además de tu observación, pensé que algo debe estar muy mal estructurado en un hogar que pone una TV a la cabeza de la cama....Al menos ponerla al pié, Chinga'o!. Aunque no conozco los "padrinos mágicos", creo que -lo he vivido en casa- el refugio en videojuegos y caricaturas amerita ser estudiado como un fenómeno generalizado y complejo que, entre otras cosas, podría tener relación a la creciente inseguridad y escasez de espacios públicos para el juego. En mi infancia, al menos, las actividades extracaseras eran absolutamente favorecidas por el medio y los progenitores y ahora estamos invadidos por desconfianzas, paranoias y miedos (al menos en Monterrey) que favorecen el a-pegarse, alienadamente, a estos lamentables espacios privados.
Carajo!.. que mamón se lee mi rollo pero...ni pedo...así salió
Abrazo texano
Kekox:
De acuerdo. Solo agregaría la dimensión que señala Dull: el papel de los padres y me cuestionaría sobre el tipo de cultura que hemos creado y de la que los padres son transmisores.
Esa cultura trae, desde hace al menos cuatro siglos, la tendencia a la pasividad y el infantilismo que -me encantó que retomaras- refleja la muy mexicano-guadalupana frase: “¿No estoy yo aquí, que soy tu madre?”
Hace tiempo (a propósito del mito de “madre mexicana hiperbuena”) me preguntaba sobre el tipo, calidad, características de la crianza en nuestra sociedad y, creo, la seguridad de un buen maternaje haría absolutamente innecesaria la frase guadalupana.
Creo que la cultura gringa tiene patrones de aceptación y estímulo de violencias y competitividad que se pueden expresar enfermizamente –como los asesinatos en escuelas, etc- pero que hay también una dimensión realista ya que asume la dualidad amoroso-agresiva de la naturaleza humana. Estadísticamente está demostrado (podría buscar el dato si te interesara) que hay mayor incidencia de asesinatos en México que en los EEUU y, a riesgo de ser nacionalistamente incorrecto, te diré que no deja de admirarme la divergencia si consideramos que allá hay mas armas de fuego que habitantes y que es legal poseerlas y usarlas (al menos hay reglas claras para ello) y que acá están proscritas (en lo general).
Gracias por tus buenos deseos ….lástima que incluyan el que tenga que esforzarme…Ja!
Abrazo fuerte para ti
Joel:
Me he vuelto un cínico, Joel. Mira que haber aseverado con muchas gónadas (“güevos”, se dice en el pueblo) que iba a dejar de fumar y tener la desfachatez de no aguantar ni dos horas leyendo sin cigarrillo.
El tubo debiera haberse negado a participar en el “ardid”…Ja!
La “malcrianza” materna tendría que ser un poco más documentada pero, a vuelo de pájaro, es evidente que algo anda muy mal por ahí.
Saludo afectuoso hasta Juárez
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