sábado, diciembre 06, 2008

Indios al balcón

"Chécalos" al lado, en mi cocina
Aviso tambien que hasta Febrero 2009 no escribiré nada en el Pos' te regio -excepto intercambios en "comentarios" por dos motivos:
1.- Porque en breve empezaré mi muy deseado período de "gûeva" vacacional
2.- En la, posiblemente fútil, esperanza de que mis queridos interlocutores -tanto conocidos como anónimos- se "echen" la lectura de Freud-Einstein con la salpicadura de los comentarios "mexicanizadores" del ¿propietario? del blog.

lunes, diciembre 01, 2008

Freud - Einstein I: sobre violencia mexicana













El interés de tan ilustres personajes por la situación mexicana es, evidentemente, apócrifo. No lo es el intercambio que busca avanzar en la comprensión de la violencia. No hay ningún indicio de que uno u otro de estos insignes personajes haya tenido interés específico en México y, justo es señalarlo, los mexicanos, especialistas como somos en sentir –mas que pensar- que nuestro ombligo es el centro del universo, correspondimos entonces con igual ó mayor desinterés hacia sus razonamientos.

En 1932, todos los susurros, todas las fantasías, algunas acciones y todos los miedos europeos fueron encontrando cabida en el pronóstico de una gran guerra inminente y los intelectuales de la época se propusieron analizar la situación, concientes del limitado o nulo impacto que su labor tendría en el curso de los acontecimientos .
Einstein eligió a Freud como interlocutor retándolo, implícita y sutilmente, a superar sus propias ideas sobre el asunto.

El carteo entre ambos se publicó en 1932 bajo el título ¿Por qué la guerra? «Warum Krieg?»

El ejercicio, sobre todo, me divierte. Confieso que hasta que lo termine podré calificarlo en la escala que va desde lo rídículo hasta lo apreciable

En tres o cuatro entregas colocaré sus elucubraciones textuales sobre el tema. Todo lo que escribieron, puntualmente, estará en negro y mis anexos mexicanizadores, en azul.


Einstein a Freud:

Estimado Profesor Freud:
La propuesta de Donbeto (Ja!) para que invite a alguien, elegido por mí mismo, a un franco intercambio de ideas sobre cualquier problema que yo desee escoger me brinda una muy grata oportunidad de debatir con usted una cuestión que, tal como están ahora las cosas, parece el más imperioso de todos los problemas que la civilización mexicana debe enfrentar. El problema es este: ¿Hay algún camino para evitar que esa nación sufra los estragos de la violencia ? Es bien sabido que este ha pasado a ser un asunto de vida o muerte para ese país; sin embargo, pese al empeño que se ha puesto, todo intento de darle solución ha terminado en un lamentable fracaso.
Veo personalmente una manera simple de tratar el aspecto superficial (o sea, administrativo) del problema: la creación, con el consenso de todos los grupos con poder, de un cuerpo legislativo y judicial para dirimir cualquier conflicto que surgiere entre ellos. Cada grupo debería avenirse a respetar las órdenes emanadas de este cuerpo legislativo, someter toda disputa a su decisión, aceptar sin reserva sus dictámenes y llevar a cabo cualquier medida que el tribunal estimare necesaria para la ejecución de sus decretos. Pero aquí, de entrada, me enfrento con una dificultad; un tribunal es una institución humana que, en la medida en que el poder que posee resulta insuficiente para hacer cumplir sus veredictos, es tanto más propenso a que estos últimos sean desvirtuados por presión extrajudicial. Este es un hecho que debemos tener en cuenta; el derecho y el poder van inevitablemente de la mano, y las decisiones jurídicas se aproximan más a la justicia ideal que demanda la comunidad (en cuyo nombre e interés se pronuncian dichos veredictos) en tanto y en cuanto esta tenga un poder efectivo para exigir respeto a su ideal jurídico. Pero en México se está lejos de poseer una organización nacional competente para emitir veredictos de autoridad incontestable e imponer el acatamiento absoluto a la ejecución de estos. Me veo llevado, de tal modo, a mi primer axioma: el logro de seguridad nacional implica la renuncia incondicional, en una cierta medida, de todos los grupos a su libertad de acción, vale decir, a sus privilegios, y está claro fuera de toda duda que ningún otro camino puede conducir a esa seguridad.


Seguimiento anexado el 2 Dic.:

Veo como factor determinante de la violencia el afán de poder …de grupos guiados por aspiraciones puramente mercenarias, económicas. Pienso especialmente en ese pequeño pero resuelto grupo, activo en toda nación, compuesto de individuos que, indiferentes a las consideraciones y moderaciones sociales, ven en el ejercicio de la fuerza, nada más que una ocasión para favorecer sus intereses particulares y extender su autoridad personal.

Creo, estimado Profesor Freud, que sería para todos nosotros un gran servicio que usted expusiese el problema de la paz en México a la luz de sus descubrimientos…, porque esa exposición podría muy bien marcar el camino para nuevos y fructíferos modos de acción y... me gustaría conocer sus reflexiones en torno a las siguientes preguntas:

1.- ¿Cómo es posible que estas pequeñas camarillas sometan al servicio de sus ambiciones la voluntad de la mayoría, para la cual el estado de violencia generalizada representa pérdidas y sufrimientos?

2.- ¿Cómo es que estos procedimientos logran despertar en los hombres tan salvaje entusiasmo, hasta llevarlos a torturar, matar y a sacrificar su propia vida?
Sólo hay una contestación posible: porque el hombre tiene dentro de sí un apetito de odio y destrucción. En épocas normales esta pasión existe en estado latente, y únicamente emerge en circunstancias inusuales; pero es relativamente sencillo ponerla en juego y exaltarla hasta el poder de una psicosis colectiva. Aquí radica, tal vez, el quid de todo el complejo de factores que estamos considerando, un enigma que usted, como experto en el conocimiento de las pulsiones humanas puede resolver.


3.- Por último ¿Es posible controlar la evolución mental del hombre como para ponerlo a salvo de las psicosis del odio y la destructividad?
En modo alguno pienso aquí solamente en las llamadas «masas iletradas». La experiencia prueba que es más bien la llamada «intelectualidad» la más proclive a estas desastrosas sugestiones colectivas, ya que el intelectual no tiene contacto directo con la vida al desnudo sino que se topa con esta en su forma sintética más sencilla: sobre la página impresa.
Espero su respuesta a estos urgentes y absorbentes problemas


Atentamente
Albert Einstein

Anexo del 4 Diciembre

Carta de Freud a Einstein

Viena, setiembre de 1932

Estimado profesor Einstein:
Cuando me enteré de que usted se proponía invitarme a un intercambio de ideas sobre un tema que le interesaba y que le parecía digno del interés de los demás, lo acepté de buen grado. Esperaba que escogería un problema situado en la frontera de lo cognoscible hoy, y hacia el cual cada uno de nosotros, el físico y el psicólogo, pudieran abrirse una particular vía de acceso, de suerte que se encontraran en el mismo suelo viniendo de distintos lados. Luego me sorprendió usted con el problema planteado: qué puede hacerse para defender a los mexicanos de los estragos de la violencia. Primero me aterré bajo la impresión de mí -a punto estuve de decir «nuestra»- incompetencia, pues me pareció una tarea práctica que es resorte de los estadistas. Pero después comprendí que usted no me planteaba ese problema como investigador de la naturaleza y físico, sino como un filántropo….. Recapacité entonces, advirtiendo que no se me invitaba a ofrecer propuestas prácticas, sino sólo a indicar el aspecto que cobra el problema de la prevención de las guerras para un abordaje psicológico.

Pero también sobre esto lo ha dicho usted casi todo en su carta. Me ha ganado el rumbo de barlovento, por así decir, pero de buena gana navegaré siguiendo su estela y me limitaré a corroborar todo cuanto usted expresa, procurando exponerlo más ampliamente según mi mejor saber -o conjeturar-.

Debo aclarar que mis conjeturas carecerán de especificidad, es decir, que frustraré el parroquial narcisismo nacionalista de Donbeto, porque desconozco casi absolutamente las peculiaridades históricas, culturales y contingentes de la nación mexicana. En la adolescencia aprendí español para leer a Cervantes y aproveché para leer también la extraordinaria crónica que uno de los conquistadores, Bernal Díaz del Castillo, hizo sobre la no menos extraordinaria conquista del, hasta entonces, poderoso imperio Azteca. Tal hazaña me impactó tanto que, desde entonces, al hablar de mis aspiraciones y deseos, siempre he escrito, en español, inmodestamente, que mi meta es ser el Conquistador de la mente.

Conjeturo que las normas de convivencia que se establecieron entre la minoría vencedora y la mayoría derrotada siguen jugando un papel en las cíclicas crisis sociales que padece ese pueblo. Remito, a quien quiera informarse mas sobre la forma en que esas normas se transmiten transgeneracionalmente, a leer mi trabajo "El malestar en la cultura".


Sin embargo, a pesar de mi desconocimiento puntual de la situación mexicana, si Donbeto y sus compatriotas pudieran trascender la estrechez de miras que acompaña a la necesidad de sentirse especiales y diferentes al resto de la humanidad, todo lo que sigue podría servir de base para el análisis de sus violencias aunque lo escribí no para entenderlos a ellos sino al género humano en su conjunto, del que, me complace decirlo, ellos forman parte a pesar de su resistencia a aceptarlo

.

anexo del 10 de Diciembre a continuación

Comienza usted con el nexo entre derecho y poder. Es ciertamente el punto de partida correcto para nuestra indagación. ¿Estoy autorizado a sustituir la palabra «poder» por «violencia» -Gewalt-, más dura y estridente?

Derecho y violencia son hoy opuestos para nosotros. Es fácil mostrar que uno se desarrolló desde la otra, y si nos remontamos a los orígenes y pesquisamos cómo ocurrió eso la primera vez, la solución nos cae sin trabajo en las manos. Pero discúlpeme sí en lo que sigue cuento, como si fueran algo nuevo, cosas que todos saben y admiten; es la trabazón argumental la que me fuerza a ello.

Pues bien; los conflictos de intereses entre los hombres se zanjan en principio mediante la violencia. Así es en todo el reino animal, del que el hombre no debiera excluirse; en su caso se suman todavía conflictos de opiniones, que alcanzan hasta el máximo grado de la abstracción y parecen requerir de otra técnica para resolverse.

Pero esa es una complicación tardía. Al comienzo, en una pequeña horda de seres humanos, era la fuerza muscular la que decidía a quién pertenecía algo o de quién debía hacerse la voluntad. La fuerza muscular se vio pronto aumentada y sustituida por el uso de instrumentos: vence quien tiene las mejores armas o las emplea con más destreza. Al introducirse las armas, ya la superioridad mental empieza a ocupar el lugar de la fuerza muscular bruta; el propósito último de la lucha sigue siendo el mismo: una de las partes, por el daño que reciba o por la paralización de sus fuerzas, será constreñida a deponer su reclamo o su antagonismo.

Ello se conseguirá de la manera más radical cuando la violencia elimine duraderamente al contrincante, o sea, cuando lo mate. Esto tiene la doble ventaja de impedir que reinicie otra vez su oposición y de que su destino hará que otros se arredren de seguir su ejemplo. Además, la muerte del enemigo satisface una inclinación pulsional que habremos de mencionar más adelante. Es posible que este propósito de matar se vea contrariado por la consideración de que puede utilizarse al enemigo en servicios provechosos si, amedrentado, se lo deja con vida. Entonces la violencia se contentará con someterlo en vez de matarlo.

Es el comienzo del respeto por la vida del enemigo, pero el triunfador tiene que contar en lo sucesivo con el acechante afán de venganza del vencido y así resignar una parte de su propia seguridad.He ahí, pues, el estado originario, el imperio del poder más grande, de la violencia bruta o apoyada en el intelecto. Sabemos que este régimen se modificó en el curso del desarrollo, cierto camino llevó de la violencia al derecho. ¿Pero cuál camino? Uno solo, yo creo. Pasó a través del hecho de que la mayor fortaleza de uno podía ser compensada por la unión de varios débiles. L'union fait la force.

La violencia es quebrantada por la unión, y ahora el poder de estos unidos constituye el derecho en oposición a la violencia del único. Vemos que el derecho es el poder de una comunidad. Sigue siendo una violencia pronta a dirigirse contra cualquier individuo que le haga frente; trabaja con los mismos medios, persigue los mismos fines; la diferencia sólo reside, real y efectivamente, en que ya no es la violencia de un individuo la que se impone, sino la de la comunidad. Ahora bien, para que se consume ese paso de la violencia al nuevo derecho es preciso que se cumpla una condición psicológica. La unión de los muchos tiene que ser permanente, duradera. Nada se habría conseguido si se formara sólo a fin de combatir a un hiperpoderoso y se dispersara tras su doblegamiento. El próximo que se creyera más potente aspiraría de nuevo a un imperio violento y el juego se repetiría sin término.

La comunidad debe ser conservada de manera permanente, debe organizarse, promulgar ordenanzas, prevenir las sublevaciones temidas, estatuir órganos que velen por la observancia de aquellas -de las leyes- y tengan a su cargo la ejecución de los actos de violencia acordes al derecho. En la admisión de tal comunidad de intereses se establecen entre los miembros de un grupo de hombres unidos ciertas ligazones de sentimiento, ciertos sentimientos comunitarios en que estriba su genuina fortaleza.Opino que con ello ya está dado todo lo esencial: el doblegamiento de la violencia mediante el recurso de trasferir el poder a una unidad mayor que se mantiene cohesionada por ligazones de sentimiento entre sus miembros.

Todo lo demás son aplicaciones de detalle y repeticiones. Las circunstancias son simples mientras la comunidad se compone sólo de un número de individuos de igual potencia. Las leyes de esa asociación determinan entonces la medida en que el individuo debe renunciar a la libertad personal de aplicar su fuerza como violencia, a fin de que sea posible una convivencia segura. Pero semejante estado de reposo –Ruhezustand- es concebible sólo en la teoría; en la realidad, la situación se complica por el hecho de que la comunidad incluye desde el comienzo elementos de poder desigual, varones y mujeres, padres e hijos, y pronto, a consecuencia de la guerra y el sometimiento, vencedores y vencidos, que se trasforman en amos y esclavos. El estudio del ejercicio del poder en los diferentes subsistemas de una sociedad, la mexicana, por ejemplo, debería dar cuenta de las peculiaridades de su violencia social

Entonces el derecho de la comunidad se convierte en la expresión de las desiguales relaciones de poder que imperan en su seno; las leyes son hechas por los dominadores y para ellos, y son escasos los derechos concedidos a los sometidos. A partir de allí hay en la comunidad dos fuentes de movimiento en el derecho –Rechtsunruhe-, pero también de su desarrollo. En primer lugar, los intentos de ciertos individuos entre los dominadores para elevarse por encima de todas las limitaciones vigentes, vale decir, para retrogradar del imperio del derecho al de la violencia; y en segundo lugar, los continuos empeños de los oprimidos para procurarse más poder y ver reconocidos esos cambios en la ley, vale decir, para avanzar, al contrario, de un derecho desparejo a la igualdad de derecho.

Esta última corriente se vuelve particularmente sustantiva cuando en el interior de la comunidad sobrevienen en efecto desplazamientos en las relaciones de poder, como puede suceder a consecuencia de variados factores históricos. El derecho puede entonces adecuarse poco a poco a las nuevas relaciones de poder, o, lo que es más frecuente, si la clase dominante no está dispuesta a dar razón de ese cambio, se llega a la sublevación, la guerra civil, esto es, a una cancelación temporaria del derecho y a nuevas confrontaciones de violencia tras cuyo desenlace se instituye un nuevo orden de derecho. Creo, por ejemplo, que desde esta perspectiva es posible resignificar la sobresimplificada conceptualización del "narcopoder" de tal manera que no se le vea como una especie de "cuerpo extraño", ajeno a una cultura nacional, sino como representante válido, intrínseco, de la sociedad en que emerge.

Además, hay otra fuente de cambio del derecho, que sólo se exterioriza de manera pacífica: es la modificación cultural de los miembros de la comunidad; pero pertenece a un contexto que sólo más tarde podrá tomarse en cuenta.Vemos, pues, que aun dentro de una unidad de derecho no fue posible evitar la tramitación violenta de los conflictos de intereses. Pero las relaciones de dependencia necesaria y de recíproca comunidad que derivan de la convivencia en un mismo territorio propician una terminación rápida de tales luchas, y bajo esas condiciones aumenta de continuo la probabilidad de soluciones pacíficas.

Sin embargo, un vistazo a la historia humana nos muestra una serie incesante de conflictos entre un grupo social y otro o varios, entre unidades mayores y menores, municipios, comarcas, linajes, pueblos, reinos, que casi siempre se deciden mediante la confrontación de fuerzas en la guerra. Tales guerras desembocan en el pillaje o en el sometimiento total, la conquista de una de las partes. No es posible formular un juicio unitario sobre esas guerras de conquista. Muchas, como las de los mongoles y turcos, no aportaron sino infortunio; otras, por el contrarío, contribuyeron a la trasmudación de violencia en derecho, pues produjeron unidades mayores dentro de las cuales cesaba la posibilidad de emplear la violencia y un nuevo orden de derecho zanjaba los conflictos. Así, las conquistas romanas trajeron la preciosa pax romana para los pueblos del Mediterráneo.

El gusto de los reyes franceses por el engrandecimiento creó una Francia floreciente, pacíficamente unida. Por paradójico que suene, habría que confesar que la guerra no sería un medio inapropiado para establecer la anhelada paz «eterna», ya que es capaz de crear aquellas unidades mayores dentro de las cuales una poderosa violencia central vuelve imposible ulteriores guerras. De forma similar podría considerarse la dilatada pax hispanica en las colonias americanas.

Empero, no es idónea para ello, pues los resultados de la conquista no suelen ser duraderos; las unidades recién creadas vuelven a disolverse las más de las veces debido a la deficiente cohesión de la parte unida mediante la violencia. Además, la conquista sólo ha podido crear hasta hoy uniones parciales, si bien de mayor extensión, cuyos conflictos suscitaron más que nunca la resolución violenta. Así, la consecuencia de todos esos empeños guerreros sólo ha sido que la humanidad permutara numerosas guerras pequeñas e incesantes por grandes guerras, infrecuentes, pero tanto más devastadoras.

Aplicado esto a nuestro presente, se llega al mismo resultado que usted obtuvo por un camino más corto. Una prevención segura de las guerras sólo es posible si los hombres acuerdan la institución de una violencia central encargada de entender en todos los conflictos de intereses. Evidentemente, se reúnen aquí dos exigencias: que se cree una instancia superior de esa índole y que se le otorgue el poder requerido. De nada valdría una cosa sin la otra. Ahora bien, la Liga de las Naciones se concibe como esa instancia, mas la otra condición no ha sido cumplida; ella no tiene un poder propio y sólo puede recibirlo sí los miembros de la nueva unión, los diferentes Estados, se lo traspasan. Equivalente en un país sería un gobierno fuerte, dotado de la legitimidad que le delegaran los diversos grupos locales de poder. El gobierno mexicano, tengo entendido, carece de ese tipo de fuerza y mas de un poderoso grupo no le reconocen legitimidad.

Por el momento parece haber pocas perspectivas de que ello ocurra. Pero se miraría incomprensivamente la institución de la Liga de las Naciones si no se supiera que estamos ante un ensayo pocas veces aventurado en la historia de la humanidad -o nunca hecho antes en esa escala-. Es el intento de conquistar la autoridad -es decir, el influjo obligatorio-, que de ordinario descansa en la posesión del poder, mediante la invocación de determinadas actitudes ideales.

Hemos averiguado que son dos cosas las que mantienen cohesionada a una comunidad: la compulsión de la violencia y las ligazones de sentimiento -técnicamente se las llama identificaciones- entre sus miembros. Ausente uno de esos factores, es posible que el otro mantenga en pie a la comunidad. Desde luego, aquellas ideas sólo alcanzan predicamento cuando expresan importantes relaciones de comunidad entre los miembros. Cabe preguntar entonces por su fuerza. La historia enseña que de hecho han ejercido su efecto. Por ejemplo, la idea panhelénica, la conciencia de ser mejores que los bárbaros vecinos, que halló expresión tan vigorosa en las anfictionías, los oráculos y las olimpíadas, tuvo fuerza bastante para morigerar las costumbres guerreras entre los griegos, pero evidentemente no fue capaz de prevenir disputas bélicas entre las partículas del pueblo griego y ni siquiera para impedir que una ciudad o una liga de ciudades se aliara con el enemigo persa en detrimento de otra ciudad rival.

Tampoco el sentimiento de comunidad en el cristianismo, a pesar de que era bastante poderoso, logró evitar que pequeñas y grandes ciudades cristianas del Renacimiento se procuraran la ayuda del Sultán en sus guerras recíprocas. Y por lo demás, en nuestra época no existe una idea a la que pudiera conferirse semejante autoridad unificadora. Es harto evidente que los ideales nacionales que hoy imperan en los pueblos los esfuerzan a una acción contraria.

Ciertas personas predicen que sólo el triunfo universal de la mentalidad bolchevique podrá poner fin a las guerras -recuerden por favor que estoy escribiendo esto en 1932, con la utopía comunista en pleno florecimiento- pero en todo caso estamos hoy muy lejos de esa meta y quizá se lo conseguiría sólo tras unas espantosas guerras civiles. Parece, pues, que el intento de sustituir un poder objetivo por el poder de las ideas está hoy condenado al fracaso.

Se yerra en la cuenta si no se considera que el derecho fue en su origen violencia bruta y todavía no puede prescindir de apoyarse en la violencia.Ahora puedo pasar a comentar otra de sus tesis. Usted se asombra de que resulte tan fácil entusiasmar a los hombres con la guerra y, conjetura, algo debe de moverlos, una pulsión a odiar y aniquilar, que transija con ese azuzamiento. También en esto debo manifestarle mi total acuerdo. Creemos en la existencia de una pulsión de esa índole y justamente en los últimos años nos hemos empeñado en estudiar sus exteriorizaciones. ¿Me autoriza a exponerle, con este motivo, una parte de la doctrina de las pulsiones a que hemos arribado en el psicoanálisis tras muchos tanteos y vacilaciones?

Suponemos que las pulsiones del ser humano son sólo de dos clases: aquellas que quieren conservar y reunir -las llamamos eróticas, exactamente en el sentido de Eros en El banquete de Platón, o sexuales, con una conciente ampliación del concepto popular de sexualidad-, y otras que quieren destruir y matar; a estas últimas las reunimos bajo el título de pulsión de agresión o de destrucción. Como usted ve, no es sino la trasfiguración teórica de la universalmente conocida oposición entre amor y odio; esta quizá mantenga un nexo primordial con la polaridad entre atracción y repulsión, que desempeña un papel en la disciplina de usted.

Ahora permítame que no introduzca demasiado rápido las valoraciones del bien y el mal. Cada una de estas pulsiones es tan indispensable como la otra; de las acciones conjugadas y contrarias de ambas surgen los fenómenos de la vida. Parece que nunca una pulsión perteneciente a una de esas clases puede actuar aislada; siempre está conectada -decimos: aleada- con cierto monto de la otra parte, que modifica su meta o en ciertas circunstancias es condición indispensable para alcanzarla. Así, la pulsión de autoconservación es sin duda de naturaleza erótica, pero justamente ella necesita disponer de la agresión si es que ha de conseguir su propósito. De igual modo, la pulsión de amor dirigida a objetos requiere un complemento de pulsión de apoderamiento si es que ha de tomar su objeto. La dificultad de aislar ambas variedades de pulsión en sus exteriorizaciones es lo que por tanto tiempo nos estorbó el discernirlas.

Si usted quiere dar conmigo otro paso le diré que las acciones humanas permiten entrever aún una complicación de otra índole. Rarísima vez la acción es obra de una única moción pulsional, que ya en sí y por sí debe estar compuesta de Eros y destrucción. En general confluyen para posibilitar la acción varios motivos edificados de esa misma manera. Ya lo sabía uno de sus colegas, un profesor Lichtenberg, quien en tiempos de nuestros clásicos enseñaba física en Gotinga; pero acaso fue más importante como psicólogo que como físico. Inventó la Rosa de los Motivos al decir: «Los móviles –Bewegungsgründe- por los que uno hace algo podrían ordenarse, pues, como los 32 rumbos de la Rosa de los Vientos, y sus nombres, formarse de modo semejante; por ejemplo, "pan-panfama" o "fama-famapan"». Entonces, cuando los hombres son exhortados a la guerra, puede que en ellos responda afirmativamente a ese llamado toda una serie ¿le motivos, nobles y vulgares, unos de los que se habla en voz alta y otros que se callan. No tenemos ocasión de desnudarlos todos. Por cierto que entre ellos se cuenta el placer de agredir y destruir; innumerables crueldades de la historia y de la vida cotidiana confirman su existencia y su intensidad.

El entrelazamiento de esas aspiraciones destructivas con otras, eróticas e ideales, facilita desde luego su satisfacción. Muchas veces, cuando nos enteramos de los hechos crueles de la historia, tenemos la impresión de que los motivos ideales sólo sirvieron de pretexto a las apetencias destructivas; y otras veces, por ejemplo ante las crueldades de la Santa Inquisición, nos parece como si los motivos ideales se hubieran esforzado hacía adelante, hasta la conciencia, aportándoles los destructivos un refuerzo inconciente. Ambas cosas son posibles.Tengo reparos en abusar de su interés, que se dirige a la prevención de las guerras, no a nuestras teorías. Pero querría demorarme todavía un instante en nuestra pulsión de destrucción, en modo alguno apreciada en toda su significatividad. Pues bien; con algún gasto de especulación hemos arribado a la concepción de que ella trabaja dentro de todo ser vivo y se afana en producir su descomposición, en reconducir la vida al estado de la materia inanimada. Merecería con toda seriedad el nombre de una pulsión de muerte, mientras que las pulsiones eróticas representan –repräsentieren- los afanes de la vida. La pulsión de muerte deviene pulsión de destrucción cuando es dirigida hacia afuera, hacia los objetos, con ayuda de órganos particulares. El ser vivo preserva su propia vida destruyendo la ajena, por así decir. Empero, una porción de la pulsión de muerte permanece activa en el interior del ser vivo, y hemos intentado deducir toda una serie de fenómenos normales y patológicos de esta interiorización de la pulsión destructiva. Y hasta hemos cometido la herejía de explicar la génesis de nuestra conciencia moral por esa vuelta de la agresión hacia adentro.

Como usted habrá de advertir, en modo alguno será inocuo que ese proceso se consume en escala demasiado grande; ello es directamente nocivo, en tanto que la vuelta de esas fuerzas pulsionales hacia la destrucción en el mundo exterior aligera al ser vivo y no puede menos que ejercer un efecto benéfico sobre él. Sirva esto como disculpa biológica de todas las aspiraciones odiosas y peligrosas contra las que combatimos. Es preciso admitir que están más próximas a la naturaleza que nuestra resistencia a ellas, para la cual debemos hallar todavía una explicación. Acaso tenga usted la impresión de que nuestras teorías constituyen una suerte de mitología, y en tal caso ni siquiera una mitología alegre. Pero, ¿no desemboca toda ciencia natural en una mitología de esta índole? ¿Les va a ustedes de otro modo en la física hoy?De lo anterior extraemos esta conclusión para nuestros fines inmediatos: no ofrece perspectiva ninguna pretender el desarraigo de las inclinaciones agresivas de los hombres. Dicen que en comarcas dichosas de la Tierra, donde la naturaleza brinda con prodigalidad al hombre todo cuanto le hace falta, existen estirpes cuya vida trascurre en la mansedumbre y desconocen la compulsión y la agresión. Difícil me resulta creerlo, me gustaría averiguar más acerca de esos dichosos.

También los bolcheviques esperan hacer desaparecer la agresión entre los hombres asegurándoles la satisfacción de sus necesidades materiales y, en lo demás, estableciendo la igualdad entre los participantes de la comunidad. Yo lo considero una ilusión. Por ahora ponen el máximo cuidado en su armamento, y el odio a los extraños no es el menos intenso de los motivos con que promueven la cohesión de sus seguidores. Ahora, en el año 2008, desde ultratumba, considero confirmadas estas hipótesis a la luz del derrumbe estrepitoso de ese, por otro lado, lindo ideal

Es claro que, como usted mismo puntualiza, no se trata de eliminar por completo la inclinación de los hombres a agredir; puede intentarse desviarla lo bastante para que no deba encontrar su expresión en la guerra.

Desde nuestra doctrina mitológica de las pulsiones hallamos fácilmente una fórmula sobre las vías indirectas para combatir la guerra:

Si la aquiescencia a la guerra es un desborde de la pulsíón de destrucción, lo natural será apelar a su contraría, el Eros. Todo cuanto establezca ligazones de sentimiento entre los hombres no podrá menos que ejercer un efecto contrario a la guerra. Tales ligazones pueden ser de dos clases. En primer lugar, vínculos como los que se tienen con un objeto de amor, aunque sin metas sexuales. El psicoanálisis no tiene motivo para avergonzarse por hablar aquí de amor, pues la religión dice lo propio: «Ama a tu prójimo como a ti mismo». Ahora bien, es fácil demandarlo, pero difícil cumplirlo.

La otra clase de ligazón de sentimiento es la que se produce por identificación. Todo lo que establezca sustantivas relaciones de comunidad entre los hombres provocará esos sentimientos comunes, esas identificaciones. Sobre ellas descansa en buena parte el edificio de la sociedad humana.Una queja de usted sobre el abuso de la autoridad me indica un segundo rumbo para la lucha indirecta contra la inclinación bélica. Es parte de la desigualdad innata y no eliminable entre los seres humanos que se separen en conductores y súbditos. Estos últimos constituyen la inmensa mayoría, necesitan de una autoridad que tome por ellos unas decisiones que las más de las veces acatarán incondicionalmente. En este punto habría que intervenir; debería ponerse mayor cuidado que hasta ahora en la educación de un estamento superior de hombres de pensamiento autónomo, que no puedan ser amedrentados y luchen por la verdad, sobre quienes recaería la conducción de las masas heterónomas.

No hace falta demostrar que los abusos de los poderes del Estado –Staatsgewalt- y la prohibición de pensar decretada por la Iglesia no favorecen una generación así. Lo ideal sería, desde luego, una comunidad de hombres que hubieran sometido su vida pulsional a la dictadura de la razón. Ninguna otra cosa sería capaz de producir una unión más perfecta y resistente entre los hombres, aun renunciando a las ligazones de sentimiento entre ellos (ver nota). Pero con muchísima probabilidad es una esperanza utópica. Las otras vías de estorbo indirecto de la guerra son por cierto más transitables, pero no prometen un éxito rápido. No se piensa de buena gana en molinos de tan lenta molienda que uno podría morirse de hambre antes de recibir la harina.Como usted ve, no se obtiene gran cosa pidiendo consejo sobre tareas prácticas urgentes al teórico alejado de la vida social.

Lo mejor es empeñarse en cada caso por enfrentar el peligro con los medios que se tienen a mano. Sin embargo, me gustaría tratar todavía un problema que usted no planteó en su carta y que me interesa particularmente: ¿Por qué nos sublevamos tanto contra la guerra, usted y yo y tantos otros? ¿Por qué no la admitimos como una de las tantas penosas calamidades de la vida? Es que ella parece acorde a la naturaleza, bien fundada biológicamente y apenas evitable en la práctica. Que no le indigne a usted mi planteo. A los fines de una indagación como esta, acaso sea lícito ponerse la máscara de una superioridad que uno no posee realmente. La respuesta sería: porque todo hombre tiene derecho a su propia vida, porque la guerra aniquila promisorias vidas humanas, pone al individuo en situaciones indignas, lo compele a matar a otros, cosa que él no quiere, destruye preciosos valores materiales, productos del trabajo humano, y tantas cosas más. También, que la guerra en su forma actual ya no da oportunidad ninguna para cumplir el viejo ideal heroico, y que debido al perfeccionamiento de los medios de destrucción una guerra futura significaría el exterminio de uno de los contendientes o de ambos.

Todo eso es cierto y parece tan indiscutible que sólo cabe asombrarse de que las guerras no se hayan desestimado ya por un convenio universal entre los hombres. Sin embargo, se puede poner en entredicho algunos de estos puntos. Es discutible que la comunidad no deba tener también un derecho sobre la vida del individuo; no es posible condenar todas las clases de guerra por igual; mientras existan reinos y naciones dispuestos a la aniquilación despiadada de otros, estos tienen que estar armados para la guerra. Pero pasemos con rapidez sobre todo eso, no es la discusión a que usted me ha invitado. Apunto a algo diferente; creo que la principal razón por la cual nos sublevamos contra la guerra es que no podemos hacer otra cosa. Somos pacifistas porque nos vemos precisados a serlo por razones orgánicas. Después nos resultará fácil justificar nuestra actitud mediante argumentos.Esto no se comprende, claro está, sin explicación.

Opino lo siguiente:

Desde épocas inmemoriales se desenvuelve en la humanidad el proceso del desarrollo de la cultura. (Sé que otros prefieren llamarla «civilización».) A este proceso debemos lo mejor que hemos llegado a ser y una buena parte de aquello a raíz de lo cual penamos. Sus ocasiones y comienzos son oscuros, su desenlace incierto, algunos de sus caracteres muy visibles. Acaso lleve a la extinción de la especie humana, pues perjudica la función sexual en más de una manera, y ya hoy las razas incultas y los estratos rezagados de la población se multiplican con mayor intensidad que los de elevada cultura. Quizás este proceso sea comparable con la domesticación de ciertas especies animales; es indudable que conlleva alteraciones corporales; pero el desarrollo de la cultura como un proceso orgánico de esa índole no ha pasado a ser todavía una representación familiar. Las alteraciones psíquicas sobrevenidas con el proceso cultural son llamativas e indubitables. Consisten en un progresivo desplazamiento de las metas pulsionales y en una limitación de las mociones pulsionales. Sensaciones placenteras para nuestros ancestros se han vuelto para nosotros indiferentes o aun insoportables; el cambio de nuestros reclamos ideales éticos y estéticos reconoce fundamentos orgánicos.

Entre los caracteres psicológicos de la cultura, dos parecen los más importantes: el fortalecimiento del intelecto, que empieza a gobernar a la vida pulsional, y la interiorización de la inclinación a agredir, con todas sus consecuencias ventajosas y peligrosas. Ahora bien, la guerra contradice de la manera más flagrante las actitudes psíquicas que nos impone el proceso cultural, y por eso nos vemos precisados a sublevarnos contra ella, lisa y llanamente no la soportamos más. La nuestra no es una mera repulsa intelectual y afectiva: es en nosotros, los pacifistas, una intolerancia constitucional, una idiosincrasia extrema, por así decir. Y hasta parece que los desmedros estéticos de la guerra no cuentan mucho menos para nuestra repulsa que sus crueldades.¿Cuánto tiempo tendremos que esperar hasta que los otros también se vuelvan pacifistas? No es posible decirlo, pero acaso no sea una esperanza utópica que el influjo de esos dos factores, el de la actitud cultural y el de la justificada angustia ante los efectos de una guerra futura, haya de poner fin a las guerras en una época no lejana. Por qué caminos o rodeos, eso no podemos colegirlo. Entretanto tenemos derecho a decirnos: todo lo que promueva el desarrollo de la cultura trabaja también contra la guerra.

Saludo a usted cordialmente, y le pido me disculpe si mi exposición lo ha desilusionado.

Sigmund Freud

ps: intelijo ahora que, para enjuiciar la pertinencia o impertinencia de los cambios en el texto, debo colocar lo sustituido...lo haré cuando el tiempo me lo permita

viernes, noviembre 21, 2008

Cerrado por chamba excéntrica

Queridos(a)
Salgo una semanita. Vuelvo el uno de Diciembre.

miércoles, noviembre 19, 2008

MEME II


Incubación difícil


Archivado debe dormir el sueño de la intrascendencia un Meme I que nunca he vuelto a leer.

Este, parido con resistencia, nació malquerido por el progenitor y, por resistido, estoy titubeando entre ponerlo en mi cuna o llevarlo como expósito a las puertas de Dull, mi apreciado tocayo

1.- Me marea la infinitud del “blogroleo”.

De pronto, cada uno, dos, tres o, no sé cuantos meses, cuando tengo ganas de descerebrame durante una, dos, tres o no sé cuantas horas, sigo con persistencia cuasi masturbatoria la pestañita “siguiente blog” , colocada a un ladito de la pudibunda “marcar blog”. Nunca se acaba y se llega a sitios interesantísimos: desde didactas brasileños hasta ignotos coreanos con páginas repletas de caracteres aracnoideos.
No aguanto mucho. Empiezo siempre a sentirme como si estuviera encapsulado en vidrio o, mejor, como si el cordón que asegura la conexión a la nave espacial se hubiese roto y estuviera flotando solo, solo, solo.

2.- No soy multitudinario.

Me gusta lo personalizado. Por eso estoy escribiendo esto, porque Dull es…como mi amigo “bloguimaginario” y me invitó a memear. ¿Cómo negarse a la invitación de un amigo?

3.-Me infatué en “blogspot”

Yo, viejo descreído, crítico acérrimo de los enamoramientos virtuales, tendría que “morderme la lengua” ¡que digo lengua!, morderme los dedos que me condujeron a una chilena velada entre poemas cortos construidos sobre una plataforma de melancolía agridulce y mesetas metonímicas superiores a Mistral. Bruja o sirena, no lo se, con maestría en el arte de la seducción desapegada, de la atracción de lo distante, brillaba como eclipse de luna. Para ella solamente. Como un diario confidencial, íntimo. Le arranqué dos o tres frases y, de pronto, borrò todo rastro de su sitio. De vez en vez anoto “Diario de huir” en el buscador y…nada …Si huye.
4.- Espero estar aquí cuando, dentro de poco, holográficamente reproduzcamos las siluetas de nuestra anatomía y podamos, como fantasmas impenitentes vernos a los ojos, aunque sean translúcidos. Se abrirán posibilidades que harán de lo virtual una realidad cercana a la divinidad.

5.- Soy, predominantemente, un “turista internético”.

Igual que cuando salgo de viaje, visito sitios y me intereso, fugazmente, por las costumbres, las taras, la comida, las ideas y la relación entre individuo y ciudad o pueblo. De pronto me topo con seres espectaculares, tanto in vivo como in vitro, y no puedo evitar intentar conocerlos bajo la premisa de la fugacidad, escamoteando, con plena conciencia, la interacción que me vuelve sensiblero. Eventualmente repito la visita silenciosa. Así tengo registrados, como bitácora de viaje, asentamientos electrónicos como el guapachoso inteligente “Cuban in London”; el severo, serio y solemne “Portocarrero en Perú”; el irreverente, crudo y soez “Don’t resucitate” en Uruguay y….decenas de especimenes maravillosamente diversos, incluídos, debo decir, uno que otro lugar porno.

6.- Creo que nunca me retiraré permanentemente de por acá.

Bueno!, excepto cuando me retire radicalmente por esa chingadera que se llama muerte, la que empieza, a veces, con esa forma de muerte anticipada que es la demencia . Como único sortilegio protector para evitarlas se me ocurre la fórmula infantil usada en mi pueblo – no sé si también en otros lugares-. Ante el aviso de una tragedia inminente se debían cruzar dos dedos, índice y cordial, y decir en alta voz ¡SAFOS!.
Pero esto no quiere decir que no haga retiros temporales. Ocasionalmente me gusta retirarme por temporadas pero, me gusta también, por elemental cortesía, dejar colgado el letrerito que indica que no he muerto y que volveré en X tiempo.

7.- Rápidamente advertí que no puedo hacer negocio por acá.

Eso me dió enorme tranquilidad y me dispuse a ¡tirar la gûeva!
Advertí también que no me gusta sentirme obligado a reciprocar sistemática, rutinaria y obligadamente las visitas de mis amigos-as.
Ignoro si eso lleve mi sitio a la inanición pero, no me importa.

8.- Creo que somos un clan especial

La blogósfera está poblada por soñadores(as), fantasiosos, imprácticos, creativos, procrastinadores, ilusos, quijotes, inadaptados al mundo-selva del mercado. Ninguno de los empresarios, “gente de acción”, formadores de negocios y empresas o comerciantes exitosos que conozco siente la mínima atracción por estos lugares.

9.- Sigo creyendo, como hipoteticé en mi primer “post”, que escribimos buscando ser amados.

Claro que ahora agregaría que buscamos ser amados de acuerdo a nuestra historia y personalidad: narcisísticamente, depresivamente, esquizoidemente, infantilmente, histéricamente, fóbicamente, obsesivamente pero, aunque lo negamos, buscamos que “un otro” nos quiera.

¿Cuántos ítems había que escribir?...revisaré el meme de Dull para saberlo. De cualquier forma ya me obliga a trabajar la pinche realidad real


CRISIS CADA CENTURIA: REVOLUCIÓN



Cada centenario pareciera que nuestra sociedad entra en crisis “revolucionaria” y pareciera también que seguimos, obtusamente, perpetuando la estructura social que incuba la rebelión: Un pequeño estrato de privilegiados (10% de la población) que usufructa poder político y económico sin ningún sentido de solidaridad –mas allá del retórico- ni interés genuino en mejorar las condiciones de vida de la gran masa depauperada.
La chispa nunca es encendida por los jodidos sino por las tensiones, rivalidades y pleitos entre los subsistemas de privilegiados.

Así ocurrió hace doscientos años en que el subsistema criollo detonó la lucha contra la superélite peninsular encontrando como líder y vocero de los resentidos al cura Miguel Hidalgo. En aquella ocasión no había ningún ideario que retara la estructura básica de la sociedad. Solo se buscaba cambiar la procedencia de los hombres del poder.
Así ocurrió hace 100 años en que el subsistema oligarca detonó la lucha contra la superélite porfirista encontrando como líder y vocero de los resentidos al hacendado Francisco Indalecio Madero. En esa ocasión tampoco hubo un esfuerzo ideológico encaminado a cambiar la estructura social. Todo el odio, rabia y resentimiento fueron pendejamente focalizados ad hominem, en Porfirio Díaz, sin interés en advertir que lo importante era lo que este simbolizaba.

Detonada la primera carga explosiva, la masa de población ignorante, crónicamente humillada y deprivada de los mas elementales derechos humanos y sociales encuentró en el caos, en “La Bola”, el hasta entonces desconocido placer de aterrorizar a los privilegiados. Sintió las delicias del ejercicio del poder arbitrario, viejo conocido de nuestra cultura y que solo por el resquebrajamiento de la legalidad pueden experimentar como sujetos y no como objetos.Ambos movimientos fueron predominantemente usufructuados por individuos profundamente egocéntricos, desleales, traidores, asesinos, ajenos a cualquier motivación altruista y, por tanto favorecedores, con mejores ó peores disfraces, del mantenimiento de la crónica segregación de clases sociales.

Solo el sincr
etismo político de los caradura ha podido instalar juntos, en el lábil panteón de nuestros héroes a quienes se asesinaron unos a otros.

Del archivo Casasola, extraordinario registro fotográfico de las peripecias revolucionarias, coloco las siguientes fotos :


Todos lo
s "revolucionarios" buscaban activamente el reconocimiento y apoyo del gobierno gringo que había demostrado ser factor determinante en que una u otra facción se afianzara ó debilitara.

Aquí Obregón y
Villa después de conferenciar con John
Pershing en busca de apoyo para derrocar a Victoriano Huerta, quien a su vez, con apoyo gringo, año y medio atrás había derrocado y asesinado al presidente Madero. Al lado de Pershing está el que posteriormente sería famosísimo líder militar en la II Guerra Mundial: George Patton.
Obregón to
davía tenía su brazo derecho el que, como veremos en la siguiente foto, perdió por un cañonazo villista en la batalla de Celaya.



Obregón, el cirujano y su ayudante inmediayamente después de la amputación. Se reconoció que el sonorense se había portado "bien macho" a pesar de la rudimentaria anestesia.



Emiliano Zapata, en una de las múltiples tomas de la Cd. de México se tomó esta foto después de hablar con Mr. Carouthers, enviado por Washington para definir alianzas.








Zapatistas desayunando en el famosísimo "Sanborns" -de los azulejos. en Cd. de México. En cualquier otra circunstancia la única posibilidad de que entraran ahí sería como mozos de limpieza de inodoros. Es casi igual hoy.



La rusticidad de los zapatistas fué recogida por la prensa de la época. Los casasola reproducen anécdot
as como las siguientes (pag. 947, tercer tomo):

“En una ocasión le dijeron al general X que el coronel Z estaba armando mayúsculo escándalo, embriagándose con el mayor cinismo. El general respondió:
Dejen al coronel que haga lo que quera, nomás trainganme luego luego al tal Mayor Cinismo”

Un periodista transcribió un discurso del general zapatista Estanislao Mendoza:
“¡Alto la colurnia! Soldados valientes, Panteras de la Nación que meletáis a las órdenes direct
as del Chueco Mendoza que soy yo! ¡Ha lligado el momento di’vacuar esta plaza y salir pa’ Juanacatepec!
I’an lligado a mis óidos esas murmuraciones por esas idas y venidas y por esas güeltas y regüeltas sin saber que son estragias de la guerra!
“Y todo aquel jefe, oficial u soldado de tropa que se ande mestruando en asuntos que no sean de su conscupicensia, aserá fusilado, cañoneado y pisoteado por nuestras propias armas…”
“¡Y al lligar a dicha plaza, las infanterías de a pie se afornicarán de dos en dos en las esquinas, y yo con las infanterías de a caballo me asubiré en aquella loma y dende allí especularé con mis espejuelos di’aumento los movimientos estratégicos del enemigo…”

Ricos, periodistas y "gente decente" se aterrorizaban durante las varias ocupaciones zapatistas y villistas de la Capital mexicana.
Secuestros, extorsiones, caprichosos asesinatos y despojo de residencias eran la norma y no la excepción.


Uno de los villistas más sanguinarios fue Rodolfo Fierro









Pero no superaba al mismísimo Pancho quien, sin mayor detenimiento ni formalidades podía eliminar personalmente a una diversidad de individuos como los tres de la izquierda. Sin apenas oírlo, por ejemplo, "despachó" al folclórico aventurero argentino "Gaucho Múgica"
Contemporáneamente podríamos recordar ominosamente al "Chueco Mendoza" con lo siguiente:
Hoy, aniversario 98 de la reificada revolución de 1910, perdida entre noticias sobre Obama y su elección de un mexicano (Mario Molina) "para reactivar las actividades científicas", declaraciones vacuas de políticos y reportes de Bolsas en picada hay una notita sanguinolenta de esas que se han vuelto tan cotidianas que no alteran siquiera el ritmo masticatorio contra los "hot cakes" matutinos, dice:
"Encuentran tres cuerpos cercenados"Los asesinos dejaron un mensaje que dice:"Esto les ba a pasar a todos los que handen con el albañil mugrosos, tanto a policias como cibiles Att La Maña"

"Casi todas las instituciones civiles son obra de los propietarios (...) diríase que un reducido número de hombres, tras haberse repartido la tierra, crearon leyes de unión y de garantía contra la multitud, tal como si hubiesen erigido refugios en los bosques para defenderse de los animales salvajes"
Necker, Abril 1775 (ministro de hacienda francés antes de la revolución)
Hace 6 décadas un antropólogo decidió turistear la pobreza en México. Era uno de esos gringos curiosos, inquisitivos, académicos, racionalistas y aburridos por el aplanamiento que le da a la vida la hiperplanificación clasemediera en los países desarrollados. Me gusta pensar que el motivo por el que Oscar Lewis no estudió la pobreza en Harlem, L.A. ó los puebluchos de Tennessee debió ser que se la quería pasar ‘a toda madre’ agregando toques de encantador folklorismo mexicano a lo que también podría haber descubierto en sus propios territorios.
Habría que reconocerle al gringo de marras, que le metió método a la curiosidad y, por tanto, sus reportes pudieron encuadrarse como investigación científica lo que, of course, mereció que el opulento stablishment académico americano le otorgara financiamiento de varios años a su ‘jodidotour’.De las ideas de Lewis (plasmadas en su libro “antropología de la pobreza”) plagio dos que me resultan particularmente atractivas para apoyar hipótesis sobre las nuevas formas de la violencia mexicana:
1.- Diferenciación semiótica entre los conceptos ‘privación’ y ‘frustración’ y,
2.- "El fatalismo resignado es una característica de la cultura de la pobreza".
Son pertinentes a mi propósito de fundamentar teóricamente la hipótesis de que la situación actual de violencia es una reedición de antiguas y repetidas crisis inevitablemente generadas por una perversión estructural arraigada e inamovible en nuestra cultura desde los tiempos de la conquista: “El fuerte tiene derecho a abusar del débil al grado que su voluntad determine”.
Esta es una dimensión psicológica que permite explicar los abusos en la crianza de niños, en las relaciones conyugales, laborales ò judiciales observables cotidianamente en nuestro medio.En su dimensión social permite explicar la persistencia de una pequeña élite depredadora y una mayoría sumida en el retraso, ignorancia y pobreza.
Pero los jodidos (tigre Azcárraga dixit) crónicos tienen un fatalismo, como bien descubrió Lewis, que nunca les vuelve revolucionarios y ni siquiera les hace concebirse como parte de una estructura injusta. A lo más, cuando alguna circunstancia les mueve el odio y la envidia, dirigen su agresión contra sus propios débiles. Mucho menos les pasa por la cabeza atacar conceptualmente a los privilegiados y a su sistema.
¿Entonces?
Berkowitz clarifica a Lewis mucho mejor que yo:
"Yo diría que una persona padece de privación si carece de algo que generalmente se considera como atractivo o deseable, pero que sufre de frustración únicamente cuando al recrearse por anticipado con la idea de conseguir ese objeto, no puede después satisfacer esa esperanza."
Ocurre que la privación per se no provoca rebeldías. A lo largo de nuestra historia la violencia ha ocurrido cuando una capa de población ha alcanzado a percibir y desear los beneficios y privilegios de que otros gozan.La circunstancia que despierta la ambición y envidia es siempre un período de transición, particularmente, contra lo que se pudiera creer, durante períodos de relativa prosperidad y mejoramiento como ha ocurrido en México durante el último decenio y como ocurrió durante los últimos años del porfiriato.
Los líderes o cabecillas de movimientos violentos parecen ser personas que han probado la periferia de la zona de bienestar y ambicionan ó envidian lo que los poderosos tienen.
La única diferencia entre los “mochaorejas” de la revolución de 1910 y los “mochaorejas” del presente mexicano es que aquellos tiñeron ideológicamente sus vandalismos y los actuales son excesivamente vulgares…todavía.

Mèxico ha sido una sociedad violenta durante toda su existencia y la mediciòn e interpretación de ello resultan sesgadas dependido del interes de los grupos con poder econòmico y polìtico.Ataques a los mas elementales derechos humanos (integridad fìsica, libertad de expresión y de agrupación) fueron sistemáticamente aplicados durante toda nuestra historia.
Tortura, asesinato y desaparición de personas son fácilmente documentables durante ese perìodo pero, por estar dirigida predominantemente a disidentes del sistema no solo era sub-reportada en los medios de comunicación sino que, cuando se publicaba, nunca incluìa su denuncia y condena.
El concepto de violencia, entonces, no se ajusta al de los medios, voceros, necesariamente, de la èlite.(este complemento lo agregué tomándolo de lo que publiqué en http://pos-t-regio.blogspot.com/search/label/Violencia%20mexicana

martes, noviembre 11, 2008

$235.ºº. Mi homenaje a Carlos Fuentes

Hoy cumple 80 años el autor de una sola obra que podría ser titulada, con muy poca originalidad de mi parte, como "El laberinto de mi mexicanidad".
En esa prolongada y prolija obra están decenas de novelas, cuentos, cuenteletas (Aura), guiones de cine ("Caifanes", "El gallo de oro"-éste, "el gallo..." ideado al alimón con García Márquez) y, por supuesto, su libro mas reciente: " La voluntad y la fortuna"
Me enteré hace días, de que en este intenso, terco y ocasionalmente deslumbrante "Bolero de Rave-Fuentes", se anexará una ópera: "Santana".
Fuentes, sin duda, es talentosísimo.
Es "mucha cabeza" y quizá por eso cuando lo oigo y lo veo no siento movimientos afectivos que, por ejemplo, me invaden con Rulfo, Monsiváis ó, digamos, Xavier Velasco.
El talento escritor de Fuentes merece reconocimiento y, en estos tiempos de apretujamientos económicos, decidí darselo arriesgando 235 pesos en la compra de "La voluntad y la fortuna". Digo arriesgando porque, por ejemplo, me hubiera gustado ahorrarme lo que me costó "Gringo Viejo" aunque, a la inversa, "Aura" podría haberla pagado al doble.
¡Carajo!...iba en la página 38 cuando tocaron a la puerta para obligarme a trabajar y debo decir que estoy atrapado por el deseo compulsivo de seguir leyendo.
Para hacerlo dejaré aquí el asunto no sin antes, a propósito de "violencia mexicana", transcribir uno, dos ó tres parrafitos:

"Miro sin mirar. Tengo miedo de ser visto. No soy lo que se dice "agradable de ver". Soy la cabeza cortada número mil en lo que va del año en México. Soy uno de los cincuenta decapitados de la semana. El séptimo del día de hoy y el único durante las últimas tres horas y un cuarto"
....
"Aquí está mi cabeza cortada, perdida como un coco a orillas del Océano Pacífico en la costa mexicana de Guerrero"
pag. 12
....
"Mi cabeza me fué cortada a machetazos: Mi cuello es un tejido que se deshebra a jirones. Mis ojos son dos faros de asombro abiertos hasta que la siguiente marea se los lleve y los peces se metan a mi cabeza por el orificio sacrificial y la materia gris se vuelque, entera, en la arena, como una sopa derramada, perdida en la tierra, para siempre invisible como no sea para abono de turistaqs nacionales y extranjeros. ¡Estamos en el trópico, carajo! ¿No se han enterado, ustedes que aún viven o creen vivir?"
página 13
Tiene 552
Adiós
Nota posterior (21 Nov)
Estoy en la página 255...no puedo más, me hartó.
Mi ganancia es que ahora sé perfectamente porque no me simpatiza Fuentes ¡nunca desaparece él de la novela!.
A diferencia de los grandes novelistas, sus personajes SIEMPRE Y TODOS resultan contaminados por la necesidad protagónica del autor, así, por ejemplo, Josué Nadal -o su cabeza narradora- adolescente y hombre joven en la trama, muestra la erudición, el conocimiento, la memoria y las aficiones de un hombre senecto, con una larga y prolija biografía personal, como es el caso, propiamente, de Carlos Fuentes.
¿Qué hombre joven puede citar ó tener conocimiento y teoría de modismos y slangs franceses , gringos y europeos sin haber salido nunca de México?
Respuesta:
Josué Nadal, quien a los 20 años, además, muestra un conocimiento sorprendente sobre películas y actores viejos (Humprey Bogart, ¡hágame el recabrón favor!).
Tendría algunas críticas puntuales sobre otro ingrediente que me harta, este quizá mas debatible: la inflitración del texto con guiños seductores, "políticamente correctos" al stablishment de los poderes actuales (judíos, diario "Reforma, etc) pero........ ya no tengo tiempo ni ganas de seguir
Me despido con impostura a la Fuentes:
Au revoir

viernes, noviembre 07, 2008

NARCOCAPITALISMO MEXICANO

"La vida no es agradable por ahora en México, y las enormes fortunas privadas han alcanzado ya aquel imposible nivel de la estupidez nacional"
Rodolfo Usigli, 1951

Estamos en camino, ahora, de convertirnos en un país narcocapitalista movido sólo por estúpidas ambiciones revanchistas.

domingo, octubre 26, 2008

Josafat González. Nunca rendirse

Por una estupidez, Josa perdió ambas piernas hace tres años.

De aquello ha surgido un hombre joven con una voluntad de lucha inquebrantable ante tragedias y derrotas. Después de aprender a caminar, correr, manejar vehículos, conseguir plena autonomía en la cotidianidad y formar una asociación para apoyar a otros en condición similar a la suya, está en la batalla por encontrar su "media naranja".

"Aprendí -dice- que el mundo gira conmigo ó sin mí y que nunca se adapta perfectamente a uno. Algunos se quedan lamentándose de ello y caen en la pasividad. Es que accionar requiere asumir sin queja las consecuencias de cada acción y decisión".


Un Dia Normal - The best free videos are right here

*El video lo subió él mismo a la Red, por lo mismo, el debió elegir musicalizarlo con "Mr. Brightside" de "The killers"

miércoles, octubre 22, 2008

EXORDIO CON GRITOS Y DESENCANTO

He querido apoyar un próximo escrito de mi serie "violencia mexicana" en la tesis de que el caos social no se tolera a sí mismo y que necesariamente hace parir, desde la entraña cultural, alguna síntesis ordenadora.
Entre retazos mnémicos creí recordar que ese planteamiento tiene un excelente reflejo en una película larguísima de Kurosawa a la que mi infiel memoria me hizo recordar equivocadamente como "Cinco Samuráis" -eran siete-.
Recurrí a la omnisciencia de Dios Google y me topé con un comentario de un tal "Aristidemo", prolijo, prolífico y cínico que, mientras trato de acomodar mi Quasimodo texticular, deseo, a manera de prolegómeno, reproducir aquí:

"Y qué rejodidos estamos, hermanos, monos, burros, acéfalos, sin nada qué hacer ante tanta burla sin dientes, ante tanta mano estraguladora, repleta de anillos y cadenas.
A este continente se lo está llevando la chingada desde hace más de quinientos minutos, varias especies desaparecidas, varios pueblos y razas y recetas de cocina perdidas, deglutidas por el perro rubio, el ojos rasgados, el endémico general de medallitas de estaño, de piringa de niño, y sus absurdos congéneres, idiotas llenos de patria y santitos.
Al parecer, solamente nos quedan ojos para ver y boca para ayes, gargantas pobres. Acá el fraude y el robo y el asesinato se sirven junto al desayuno desbalanceado y el cambio justo para los camiones. Nos hacen calzón-chino, las tres del barrio, chinche-al-agua; nos hacen comerciales y programas, canciones y buenas causas para salvar a retrasados mentales de tierno rostro.
De Tijuana a la Patagonia un montón de huesos rotos y virgencitas caducadas, lenguas secas, estómagos en retirada, la verga que te saca los ojos, los zopilotes que se los comerán; de punta a punta putas y putos checando tarjeta, cobrando poco, pagando mucho, miedosos y bailadores, iletrados y sabihondos.
De país a país lo mismo: genios de cafetera y manifiestos rojos comprados en barata en algún Wal Mart, planeando la victoria del mesías contracultural, y la asquerosa multitud de asquerosos inocentes bregando por un poco de agua, un poco de pan.
Adiós Bolívar, adiós. Welcome John Houston, Eddie Murphy, Angelina Jolie & Brad. Honores a una bandera de mezclilla; loas a héroes DC Comics, música electrónica indfustrial.
¡Oídme idiotas!: Ustedes son los que venden su tiempo, su carne, sus uñas, su culo papalotero al menor postor, al más fofo y pendejo.
Arreglan el mundo desde su PC, confortablemente aturdidos.
Hace tiempo que ésto rompió aguas, se chingó la fuente; hace siglos que estamos agazapados en nuestro pajar, junto a los cadáveres de las vacas, los niños y los vecinos. La cuenta regresiva terminó hace mucho. Obtusos e inalámbricos, de vez en cuando nos cae una moneda al sistema mecánico y sonreímos ante las posibilidades de un cielo tan bello, de una agua tan agua, de un pueblo tan viejo.
Y tú tras tu librito de la premio nóbel que nadie conocía; frente a la barra de hinchas embrutecidos; junto al candidato menos feo, menos lacra, más Pancho Villa que Al capone.
Good bye amigous, mi viejo san Juan, México lindo y querido, gauchos, guanacos, cumbancheros, negrosjosdepu, incaicos, arcaicos, librescos y pétreos, chilenis, vergozolanos, charros, guarros, cholos, cuinis, maras, tangos, redobas, violines y tambores; good bye blue sky, hey hey, may may...Ya viene nuestro salvador, allende las fronteras: his name is John Tsu Goycochea, alabado sea..."

Aristidemo,21.01.2008
en: http://209.85.173.104/search?q=cache:l--x7CktIyYJ:www4.loscuentos.net/forum/4/9933/+kurosawa+%22siete+samurais%22+embrion+estado&hl=es&ct=clnk&cd=17&gl=es

¡Nada -y todo- que ver con Kurosawa!...

jueves, octubre 09, 2008

PROCRASTINACIÓN

PROCRASTINACIÓN

“Jorge” y yo cumplimos ayer dos años de relación. Él es bastante mas joven que yo, es alto, apuesto, extremadamente culto y erudito en un sinfín de nimiedades. En esto, en la fútil erudición, somos muy parecidos. Nunca hemos encontrado personalmente otro tipo que sepa, espontáneamente por supuesto, cual es la capital de Mozambique así que, en cuanto nos conocimos y descubrimos esa afinidad cognitiva se estableció una especie de simpatía conmiserada. Después de todo, solo dos tipos abúlicos para la acción podrían perder el tiempo y ocupar proteinas neuronales en conocimientos absolutamente imprácticos.


Me dijo entonces: “Mi problema, Humberto, es que soy un procastinador crónico”
¡Carajo!...el cabrón me superaba lexicalmente -el “cabrón” es con cariño, “Jorge”*-. Nunca había escuchado la palabreja.


Me aclaró, justificándome, que era bilingüe y que así lo había adjetivado uno de sus maestros gringos. “Me define perfectamente” –agregó-, siempre pospongo todo tipo de esfuerzos hasta que se vuelve crítico que resuelva el asunto porque algo ó alguien me obliga.


Ayer, acostado y con voz cansina me preguntó si no sería mejor que termináramos -“seguramente te aburro…creo que seguiré siendo un procastinador toda mi vida”-. De 'pasadita' complementó: -“Por cierto, “procastinador” si existe en castellano pero seguramente no la buscaste con la ere intermedia”-


¿Cómo? –dije-


- Es “procRastinador” -respondió


-“¿Desde cuándo sabes que me faltaba una ere?”- pregunté


-Desde la primera vez que la pronunciaste-

Pues bien, la principal disfuncionalidad psicobiográfica de la que “Jorge” ha hablado en estos dos años de terapia psicoanalítica es la resistencia pasiva que presentó a la exigente y continua presión para que “dejara de ser huevón”, ejercida sobre él por su exitosísimo - empresarialmente hablando- padre, un hombre famoso por su rusticidad y folclorismo verbal.
Ahora, con el desvelamiento de su prolongado conocimiento de mi ignorancia, pudiéramos, quizá, trabajar productivamente en nuestra relación la forma procRastinante en que muestra su desprecio, oposición y rebeldía a los “poderosos ignorantes”.


Ojalá

En vista de que he recibido varios pacientes cuya queja principal es muy parecida a la de Jorge y de que les ha resultado extremadamente definitorio el concepto y, en vista también de que La Red debe estar repleta de procrastinadore(a)s, pondré, arriba, un video muy pertinente (no pude en la misma entrada)

Tiene Derechos de Autor -el video-

*Jorge conoce mi blog y como procrastino aquí


martes, octubre 07, 2008

¿LIBERTAD DE EXPRESIÓN?



Andrés Gómez Emilsson, de 18 años de edad, fue reconocido por su capacidad para las matemáticas otorgándole el Premio Nacional a la Juventud. Durante la ceremonia, mientras el Presidente Calderón daba su discurso se levantó y empezó a gesticular –aparentemente con lenguaje de sordomudos- y, por último, gritó potentemente:¡ ESPURIO!
Hoy, en “El Norte”, Guadalupe Loaeza hace un panegírico del muchacho y de su acción en Palacio Nacional y se hace eco de la queja del padre quien asegura que la detención de su hijo muestra el carácter represor y el no respeto a la libertad de expresión del gobierno de Calderón. Es evidente, para mí, la capacidad que Loaeza tiene para idealizar personajes “gûevudos”, rebeldes y mesiánicos desde que leí sus alabanzas al “Sub-Comandante” Marcos hace ya años. Después las dirigió a Andrés Manuel López Obrador y ahora, en su sempiterna defensa del “triunfo” de éste, a la acción de Gómez Emilsson.
Dice Guadalupe:
“A pesar de que Andrés, campeón nacional de matemáticas en la Olimpiada 2007 que se llevó a cabo en Zacatecas y quinto lugar en la Olimpiada Escandinava del 2008, actualmente vive en Fleke-Fiord, a cuatro horas de Bergen, lugar donde participaron los vikingos para colonizar Islandia y donde nacieron sus abuelos maternos, estaba en México en las elecciones pasadas. Las siguió muy de cerca, pero siempre sobre una base de modelos matemáticos, de ahí que encontrara que “había asimetrías e incongruencias en las curvas gaussianas de los comportamientos electorales”.

Igualmente dedujo que la forma en que el IFE había presentado los resultados, no se sostenían. Por ello cuando escuchó que Felipe Calderón le decía a Eufrosina Cruz Mendoza, quien no pudo ser Presidenta Municipal de Santa María Quiegolani, Oaxaca, por el sólo hecho de ser mujer e indígena, no le quiso dar la mano: “Te robaron la elección, pero ahora, en mi Presidencia, no se va a permitir que se roben en México elecciones...”. No acababa Calderón de terminar la frase, cuando de pronto se escuchó, como un rayo caído del cielo: “¡Espurio!” No hay duda que la actitud de Calderón le pareció al recién galardonado totalmente cínica. “Y eso fue lo que lo motivó a expresar su inconformidad”, me dijo su padre. En efecto, Andrés no podía quedarse callado respecto a lo que él ya había comprendido gracias a sus conocimientos de matemáticas, es decir, que hubo fraude”.
El padre del joven –a decir de Loaeza- presenta la acción como si fuera espontánea y como una respuesta del momento a la supuesta actitud cínica de Calderón: Lo dudo.
El Doctor en Ciencias Políticas Luis Gómez, maestro en la UNAM, desde su plataforma académica promocionaba a López Obrador como un gran político desde hace muchos años (ver “La Opinión Digital” del 18 Abril 2005) http://www.laopinion.com/archivo/index.html?START=1&RESULTSTART=1&DISPLAYTYPE=single&FREETEXT=+doctor+luis+gomez+profesor+universidad+nacional+autonoma+mexico+unam+describe+andres+manuel+lopez+obrador&FDATEd12=&FDATEd13=&SORT_MODE=SORT_MODE).
A mí me resulta siempre interesante ver como una capacidad altamente racional, por ejemplo, ser buen matemático, puede ser obnubilada por la rabia del deseo paterno frustrado. Nunca se demostró fehacientemente ningún fraude. Me preocuparía que estas mentes fueran las que calificaran, como autoridades, elecciones.
Me parece bien que se le haya sacado del evento.
Me parece mal que se le haya detenido, aunque fuese fugazmente.

viernes, septiembre 19, 2008

Delación inconsciente; lapsus linguae

Apurado por diversas exigencias he de salir 2 semanas.
Algunas de esas exigencias son, por decir lo menos, desagradables. Pero hay al menos una que disfruto anticipadamente por diversos motivos:
1.- Me permitirá "narcisear" con un grupo de maduros "profesionales de la salud mental" en San Luis Potosí.
2.- Diseñaré un curso de 6 horas sobre diagnóstico y conceptos psicoanalíticos básicos.
3.- Me permitirá pasar dos días en ese ambiente -Ojalá siga así- donde la medición del tiempo no tiene como función principal apurar la vida.
4.- Además ¡me van a pagar!..."habrase visto", diría mi difunta madre, con el efecto contundente de desinflar la mamonería.

Un concepto cimentador de gran parte del edificio conceptual, referencial y operativo del psicoanálisis es, como todos sabemos, el "inconsciente".

La "mamonería" de la humanidad ha recibido 3 grandes desinfladas:

1.- La que le propinó Copérnico al demostrar que nuestro querido planeta no es el centro del universo.
2.- La suministrada por Darwin al demostrar -sí, demostrar- que no somos creados por un alfarero divino a su imágen y semejanza sino producto de evolución y estrechamente emparentados con los monos y, en última instancia, hasta con las amibas.
3.- El golpe de Freud: "No somos amos en nuestra propia casa", referido precisamente a la existencia del inconsciente en cada uno de nosotros, motivador y provocador de acciones, síntomas, conflictos e "irracionalidades" que rebasan la voluntad.

Encontré un lindo ejemplo de la acción de esta instancia mental en You Tube


Los lapsus linguae tienden a presentarse precisamente en contraste radical con la acción conciente. La locutora está informando sobre algo terrible, el asesinato de varios policías afganos, incluído el "Top Cop" -Policía Chingón, permítaseme esa licencia traductora- pero la emoción congruente con la noticia es absolutamente desplazada por la hilaridad de su lapsus "Top Cock" -Verga Chingona-, repetido cuando trata de corregir, ratificado por el sexualizado chasquido de sus labios mostrado a los 36 segundos del video y remachado cuando, entre las risas de su compañero, declara: "You know how hard it is" -"tú sabes lo duro que se pone..." -Tambien con licencia idiosincrática.

Asi que ¿Qué hay en el inconsciente de Jane?

Hasta la vista

miércoles, septiembre 17, 2008

Envidiable Sistema Gringo: Obama espectacular

No lo puedo evitar: me pone negro de envidia (¿era verde?)el sistema político gringo. Su funcionamiento inalterado durante 250 años no es producto de la casualidad.
Su base es relativamente simple. Sus fundadores, particularmente Jefferson, Washington, Hamilton, Adams y Madison consiguieron convencer a todos de unas cuantas reglas básicas derivadas de un concepto filosófico: Los humanos estamos compuestos siempre e irremediablemente de aspectos malévolos y benévolos por lo que, para proteger los derechos individuales ("Life, Liberty and Property"), se debe limitar, contrapesar y combatir toda acción dictatorial, sea del gobierno ó de la mayoría. Lo tuvieron tan claro que todos ellos definieron su sistema no como democrático sino como republicano.
El sistema asegura que dos candidatos compitan por diputaciones, senadurías, gubernaturas y presidencia sin pretender cambiar los fundamentos político-económicos y que centren sus desacuerdos en cíclicos cambios de política impositiva, en mayor ó menor apoyo a políticas asistenciales, en política externa mas ó menos agresiva y, finalmente, en mayor ó menor sensación de capacidad personal.
Pero eso es suficiente para impactar el curso de la economía y el mayor ó menor bienestar mundial y de Salinas Victoria, Nuevo León.
Por la estabilidad del sistema y el acuerdo básico de preservarlo es que me parece envidiable. Porque, finalmente, la competencia es entre candidatos que quedan biográfica y psicológicamente "encuerados".
Obama me parece tan nacionalista como Palin...solo que mas culto, instruído, liberal y...feo.

miércoles, septiembre 10, 2008

MES DE LA PATRIA

A fuer de sincero, la patria, en abstracto, no me importa.



Me importa cuando la concretizo en unos cuantos lugares que adoro, unas cuantas personas entrañables; guisos irresistibles; palabras mágicas, de profundo significado consensuado entre los próximos-prójimos, únicas y especiales, capaces de detonar súbitos afectos, desde el odio hasta el amor, o de provocar estancias sabrosas en la ternura, o inquietas, alertas y desconfiadas en el reclamo.



La patria, para mí, se vuelve Patria cuando asocio a ella el recuerdo de mi padre y puedo, entonces, amasar las letras y llamarla matria, mapatria, hijatria, amigatria, hogaratria y entonces, solo entonces, puedo emocionarme con tres colores puestos en un trapo que sube hasta alturas insospechadas en mi estimación y puedo entonces, respetuosa, cariñosa, orgullosa, preocupada y amorosamente besar sin misticismos el trapo convertido en símbolo.





Oficialmente cumplimos 198 años...no importa. Como buenos mexicanos debemos armar un pachangón y que se vayan a la chingada los que agûiten el mitote (violentos y ratas de todo tipo)

Nota: Coloqué a Paulina protegidita con nuestro querido lábaro en un intento patriótico de compensar el malinchismo implícito en mi excitación con la imágen sexy-imperialista del post anterior

lunes, septiembre 08, 2008

Sarah Palin ¿emperatríz?


Sarah espectacular. Aunque quise contrastar con nuestra vicepresiden...digo, Primera Dama, no encontré fotos sexies de Zavala.

Si las ideas de Palin se aproximan a sus piernas....mmmh
Copié la foto del blog de Phidelio: http://theinphicorridor.blogspot.com/ pero él no cita la fuente

viernes, septiembre 05, 2008

IDENTIDAD MEXICANA: ÉLITE INTELECTUAL DESHONESTA

Ayer, como todos los días, compré el periódico y, temblando, empecé a leerlo.

Las notas sobre decapitaciones y otros espeluznantes crímenes narrados en “El Norte” debieran ser suficientes para ponerme a temblar pero confieso que se me ha “trivializado” tanto el asunto que, puedo estar leyendo lo terrible que debió ser el que a alguno de los anónimos afectados por tan radical forma de perder la cabeza se la desprendieron con un cuchillo romo, mientras transita el café, deliciosa, tibia y placenteramente, por mi intacta garganta.

Mi temblorina en realidad es causada porque los dueños de la cafetería decidieron que en sus establecimientos si se aplicaría la Ley Antitabaco y, adicto irredento como soy, sufro de Síndrome de Abstinencia.

¡Pero cuanto dislate!

Lo que verdaderamente me motivó a “postear” hoy fue la sorpresa que experimenté al leer el artìculo ‘Extraño enemigo’, del columnista Lorenzo Meyer (El Norte, 4 Sep. 2008).

Meyer estudia nuestras violencias y hace una síntesis que yo podría suscribir. ¡Tenemos –casi- las mismas teorías, diagnóstico e, incluso, compartimos algunas recetillas para el tratamiento!

Me sorprendió aun más que Lorenzo recurriera, como yo en mi escrito anterior, a fundamentar algunas ideas en el remotísimo y poco recordado estudio de Oscar Lewis.

Sin embargo con Lorenzo Meyer, igual que con Carmen Aristegui, Miguel Ángel Granados Chapa, et al, clasificados como “periodistas de izquierda”, me ocurre lo mismo que con Pedro Ferríz de Con, Gustavo Rentaría…et al, clasificados como “periodistas de derecha”… Me dan, no me disculpe usted, profunda GÛEVA (“gûeva” es mucho más radical que “hueva”)

Y es que todos ellos reflejan uno de los mas grandes defectos de nuestra identidad cultural, ie, independientemente de la brillantez con que desarrollan sus temas justifican, final y radicalmente, cualquier pendejada de los políticos con los que se han alineado y, por otro lado, jamás reconocen clara e incondicionadamente alguna acción acertada de sus contrarios.

Todos ellos pertenecen a nuestra èlite y podrían ser mejor definidos no desde topografías de izquierda ó derecha sino desde la perspectiva moral: son deshonestos, al menos intelectualmente.



domingo, agosto 24, 2008

PERROS REGIOMONTANOS

Me encanta la gente creativa, original, de natural espíritu anarquista. 
Aquellos que, como yo, somos discapacitados creativos por el apego a las reglas y a los convencionalismos, debemos arropar, admirar, apoyar, proteger, amar y defender el derecho de las mentes 'locas' a sacudirnos, escandalizarnos e inquietarnos al mostrarnos lo que no nos atrevemos a pensar y sentir.
Es que estoy convencido de la verdad captada por Terencio:  " homo sum, humani nihil a me alienum puto"... o sea..."todos somos putos"
Realmente la traducción es "soy humano y por eso nada de lo humano me es ajeno".

Desde hace tiempo, a retazos y con la discontinuidad que me impone la necesidad de atender las habituales preocupaciones burguesas he seguido la pista de una de esas mentes. Está instalada en un personaje llamado Oscar David López y hoy, conectadísimo -aunque el tenga otra intención-  con mi obseso tema, transcribiré uno de sus poemas.
Se llama:  

"Perro semihundido en la yerba" 

"Bajo esta cortina de orines nace un puñado de girasoles coronando mi sombra,
mi lanza de cuatro patas enterrada en el pavimento
como alameda de empuñaduras de bambú.

También las grietas nacen oliendo a la marca de mi territorio,
a mi zona de trabajo construida de ladridos tras bicicletas montadas por bandadas de niños.
Corro tras chillones neumáticos y chamorros gordos de señoras encantadas por ir y venir del supermecado, con las bolsas caídas de los brazos como los olatos de libra; rayo con este chorro de espesura amarilla las rejas de las tortillerías, las paredes de los video clubs y las defensas de los autos.

Como lluvia de flechas doradas en cada esquina del día,
ando sin nombre, olfateando lento, en común detector de metales; se hunde mi naríz en bolsas de plático: rata muerta, circunferencia de frituras amasada al calor del puntapié, pantimedia olorosa a puta y cerveza y cigarro y sábana sucia.

Ando olfatenado las ráfagas sin descanso de un condón tirado entre las boyas peatonales, entre los zapatos de los que esperan algo delante del rojo del semáforo, de los que adormecidos cruzan la calle en la dificultad de ser esposos, faraones, hijos, padrotes, amantes del vacío.

Me-ando ando en cada poste, recoveco de esta ciudad plagada de gatas y travestis que taconean bajo las luces, bajo los techos de las paradas de autobús, bajo los desnudos árboles de miel, las sombras de otros perros más obesos y más torpes.

Pasto sobre esta yerba que alimento, que enseño a verdear con mi salpique.
Me ando con cuidado, con amor, con este silencio de llovizna y gravite y calor desde mi pata elevada hacia mi sombra, hacia mi rostro en disfrute, en acoso a la intemperie.

Del sol me nace esta agonía
esta imagen proyectada bajo el deseo,
una danza bestial
bajo este nombre ambulatorio:
perseguirse en círculos
dentro de la escultura del abandono"

Oscar tiene blog:  http://oscardavidlopez.blogspot.com/