jueves, noviembre 22, 2007

LA NADA; LA MUERTE; EL DIOS; LA FE

Resulta casi inimaginable la Tierra y, para el caso, el Universo, sin nosotros y sin embargo, porque podemos imaginar me gusta, muy de cuando en cuando porque me mareo cada vez que lo hago, imaginar un Universo carente de seres que piensen en y sobre él. Imagino amplísimos, infinitos vacíos si acaso salpicados de materiales sin vida, inútiles para mí, inertes. Invariablemente, desde niño y en este preciso momento siento vértigo ante una inenarrable sensación de inmensa soledad (lo controlo pensando en los otros chipazos de vida que lean esto) y me digo: Esa es la muerte, MI muerte, la nada inimaginable.
Ante ello me encantaría creer en Dios, tener una de esas fés, sencillas, imbatibles, a toda prueba, que encuentran un hermosísimo consuelo pensando que al morirse en realidad uno no muere y que hay un viejito buena onda que nos va a recibir en su celestial mansión en la que, a diferencia de nuestra vida material en la tierra, todo va a estar “a toda madre”.
Desgraciada y afortunadamente no tengo fe y, créanme, aunque he intentado, en algunos momentos terribles de mi vida, recuperar la que tenía en mi mágica infancia, está, lo sé bien, perdida para siempre. No puedo creer en un Ente suprahumano que se preocupa, personalmente, por mí, por lo que hago ó dejo de hacer y mucho menos puedo creer que pueda recibir un “castigo eterno”. Lástima, aún estar recibiendo castigo eterno implicaría que seguiría existiendo. Preferible a la nada. Todo esto es lo desventajoso de no creer. Se debe asumir que somos un pequeño y efímero chispazo de materia sorprendentemente organizada que rápidamente pasará a la nada inorgánica en el espacio y el tiempo. En algún otro escrito ya había plasmado todo esto sintetizado en una frasecilla engañosamente inocua: “Es tan corta la vida y tan larga la muerte que en realidad somos muertos que andamos de vacaciones”.
Pero soy afortunadamente incrédulo porque asumo completamente la responsablidad de mi vida. Porque mis moralidades, amoralidades ó inmoralidades tienen la marca de la libertad personal, de la libertad no constreñida por ningún temor a sujeciones religiosas ó mágicas. Una libertad que solo tiene por límites la que le señala la propia conciencia y, finalmente, los límites razonables que nos impone el vivir en sociedad.
Una libertad que es total en mi fantasía y en su pariente más organizado: la imaginación. Ellas, fantasía e imaginación vagan absolutamente anárquicas en mi cabeza, pervertidas, sublimadas, poderosas, omnipotentes, miserables, crueles, cariñosas, creativas, asesinas ó reposan, contemplativas, a lo Zen. Solo pude conseguir esa libertad al romper, en un esfuerzo largo y tenaz, los barrotes carcelarios de la doctrina católica, profundamente instilados en mi mente infantil, temerosa en consecuencia, de pecar “por pensamiento ú omisión”. Me declaro inocente.
Soy afortunadamente incrédulo porque la plena aceptación de la finitud de mi propia vida me hace apreciar toda vida, aquí y ahora, admirándola en todas sus manifestaciones, por ejemplo, el capullo que ví colgando el domingo en una hoja del árbol de aguacate y en el que, se está desarrollando una larva, luego ninfa, luego oruga que quizá, al salir, devenga en mariposa ó devenga alimento del enorme sapo que en mi pequeño jardín, con una inteligente astucia instintiva, ronda por ahí.
Esa aceptación de la nada que es la finitud de la vida me permite, sobre todo, en todas sus variantes e intensidades, amar ó en ocasiones odiar a la cúspide de la vida: la diversidad humana con su suprema construcción, el pensamiento y sus maleables ladrillos, las palabras.
Aseguro, a mí mismo y a quien le interesara, que el que Dios existiera ó no, haría ninguna diferencia en mi apreciación de la vida.Finalmente, con todo ello, nunca me siento solo...mejor dicho, nunca estoy solo.

27 comentarios:

TheJab dijo...

Mientras crecen, algunos se enteran de que no existen los Reyes Magos, Santa Claus, Nessie, Big foot, Alien, Sandman ni Darth Vader... pero la gran mayoría no vive lo suficiente (o no aprovecha su existencia) como para enterarse de que tampoco Dios existe.

JuanMa dijo...

Suscribo. La existencia Dios es algo que dejó de preocuparme hace mucho tiempo. Vivo mi vida con arreglo a mi conciencia y a mis criterios. La idea de la muerte no me atormenta, pero no tengo ninguna prisa.

Anónimo dijo...

Escuché en alguna ocasión, que el Doctor Agustín Basave Fernández del Valle, en una de sus cátedras les dijo a sus alumnos, que al morir un cristiano, se puede encontrar con dos escenarios; el primero de ellos, en donde no existe nada de lo que creyó durante su vida, ni Dios, ni nada, evento en el cual no se tiene ninguna consecuencia, salvo el haber estado inútilmente atado a vanas creencias. Pero si al morir, se encuentra con que todo era verdad, entonces entrará gozoso al reino de los Cielos.

Al morir un incrédulo también se puede encontrar con dos supuestos, el primero, en donde no existe ni Dios, ni nada, tal y como lo supuso durante toda su vida; sin embargo, si realmente existe todo lo que negó en su vida, definitivamente que se lo lleva la chingada.

Aún me niego y resisto a pesar de la razón, a no creer en la existencia del arquitecto del universo, pero tengo la triste y amarga plena certeza de que no es como lo pintan las organizaciones religiosas existentes, pero también creo que la existencia misma es un milagro insusceptible de crearse de la NADA, es una armónica perfección superior a cualquier entendimiento, como el capullo que viste “colgando el domingo en una hoja del árbol de aguacate y en el que, se está desarrollando una larva, luego ninfa, luego oruga que quizá, al salir, devenga en mariposa o alimento del sapo”.

Antonio dijo...

Otro clásico: nuestras creencias (o no creencias) y nuestros deseos.

"Imagino amplísimos, infinitos vacíos si acaso salpicados de materiales sin vida, inútiles para mí, inertes. Invariablemente, desde niño y en este preciso momento siento vértigo ante una inenarrable sensación de inmensa soledad (lo controlo pensando en los otros chipazos de vida que lean esto) y me digo: Esa es la muerte, MI muerte, la nada inimaginable."

Con eso demuestras lo difícil que es imaginar la nada. La proyectas como un espacio vacío cuando tendrías que intentar imaginar que ni siquiera el espacio ni el vacío estuvieran ahí.

A mí también me debería preocupar la vida, el universo y todo lo demás, pero cada vez que empiezo a pensar en mi propia muerte prefiero aceptar que 42.

Anónimo: El Doctor Agustín Basave Fernández del Valle (¿Para qué tantos apellidos?) sólo estaba repitiendo la muy pobre "Apuesta de Pascal", que la no menos simple "Apuesta de Smith" se supone refuta.

A mi me parece que un Dios que castiga a los que no creemos en él es un pobre tipo que no merece dedicarle una vida de inciertas alabanzas. Llámale, si quieres la "Apuesta de López"

Un Abrazo.

Anónimo dijo...

Antonio: "la apuesta lopez" ya tiene antecesor, se llama "LA NAVAJA DE OCCAM"

SALUDOS.

Antonio dijo...

Anónimo: Negativo. La navaja de Occam es algo muy diferente.

Un Abrazo.

Donbeto dijo...

Una parte de mí, la de la máscara, la del "False Self", como decía un inglés que perdió lo frío en La India -Donald Winnicott-, trata de mostrar una solidez conceptual hecha de grandes monolitos inconmovibles llamados "razón", "ciencia", "información" y "conocimiento" para aparentar que colocado entre ellos no tengo ninguna duda y nada puede perturbarme. Muchos lo hacemos.
De pronto me oculto en la máscara cuando acompaño a alguien aterrorizado por miedos sin objeto provocador, esto es, por angustias flotantes ante vacuidades de su existencia ó por batallas medievales entre sátiros e inquisidores instalados en su propia cabeza, en su propio ser, impotente e inerme ante la fuerza de deseos perturbadores y prohibiciones análogas.
Represento entonces un papel de madre ó padre, ó dios, ó médico sabio y ofrezco la falsa imágen para el uso que determine la necesidad del aterrorizado: como férula, muleta, cuna, altar, tribunal ó -¿qué haría sin los clásicos?- "cabeza de turco".
Pero sé que hay una representación casi teatral en ello y que tras la falsa solidez se remueven tambien mis inseguridades, mis vértigos, mis propios súcubos e íncubos y mis Torquemadas. Mi Sade y mi Masoch y se asoma a mi conciencia el remoto niño que fuí. El niño que necesitaba a dios para acallar sus diablos; a los Reyes Magos -no había Santa Claus, Joel, en mi pueblo- para sentir que alguien poderoso me recordaba y regalaba; a la Virgen de Guadalupe para oirla decir: "No tengas miedo ¿No estoy yo aquí que soy tu Madre?" y entonces, maravillosamente, poco a poco, me tranquilizo genuinamente porque entiendo ó creo entender -no importa tanto- que Dios, La Virgen ó cualquier entidad omnisciente no son otra cosa que los huecos formados en nuestra seguridad, en nuestra ecuanimidad por la incertidumbre de la vida y la seguridad de la muerte. huecos que mamá y papá no pudieron achicar porque ellos tambien los tenían y ellos tambien los negaron al rellenarlos con fantasías consoladoras centradas alrededor de divinidades antropomorfas pero poderosísimas, vencedoras, finalmente, de la muerte porque las queremos imaginar eternas...como quisiéramos ser. Por eso, como dice Garfio, no tenemos prisa y, de preferencia -agregaría-, yo n o tendría inconveniente en venderle a algún Mefistófeles lo que quisiera a cambio de vida eterna, sana y juvenil, para mí y, aprendiendo de Dorian Gray, para mis seres significativos.
La vida entonces, apreciable anónimo -por cierto, bienvenido- es para mí, el estar aquí, disfrutando de leer y escribir. Es recibir, hace unos segundos, el beso de mi hija despidéndose y el saludo apocado de su novio que despierta desconfianzas, celos y tendencias posesivas que le traduzco poniéndome otra máscara, la del padre vigilante, serio y duro, que le dice al despreciable y libidinoso tipo (río estúpidamente): "Tengan mucho cuidado" (el hipócrita protoyerno responde ominosamente: "no se preocupe, señor").
Es entonces aquí, estoy seguro, donde nuestros cielos e infiernos se crean ó destruyen y entonces los planteamientos "Basave-Pascal" (gracias por el dato , Toño)los veo inscritos en el mismo deseo de eternidad. Siendo yo incrédulo "si realmente existe" todo lo que niego en mi vida y por ello me lleva la chingada créeme, Buen Redactor Anónimo, que lo consideraría ganancia y me encantaría haberme equivocado porque para mí "La Chingada", en este contexto, es "La Nada" ergo "La Muerte". Créeme que empatizo muchísimo con todo tu último párrafo. Hay un misterio profundo en la vida, en su motor, Eros y en su terminador, Tánatos. Me gusta, particularmente tu concepto de "armónica perfección superior a cualquier entendimiento" y me anonada tanto como a tí. Quizá la principal diferencia entre tu postura y la mía ante tal maravilla es que yo prefiero sentirla y gozarla asumiendo que todavía no la entendemos y que quizá nunca lo consigamos. Lo maravilloso es que esa ignorancia no afecta mi profundo aprecio por ella y que no necesito una creencia (te la respeto, créeme) en un, para mí inconcebible, arquitecto supremo antropomorfizado. Insistiré, aunque se que redundo, en que la no aceptación de la muerte es el motor, infantil, de tales creaciones y aprovecho, finalmente, para decirte, Antonio, que, como casi siempre -excepto con Novella- captas perfectamente el eslabón débil de las argumentaciones. Efectivamente, imaginar la nada, la muerte, es imposible....cualquier acto de imaginación es un acto de vida.....es imposible representarnos la nada.
Envío un "tetra-abrazo" sin navaja de Occam

Donbeto dijo...

ps: porque me es imposible "to make it simple"

Anónimo dijo...

Veo, no se si con tristeza o alegría que mis inquietudes, dudas, vacilaciones y mi incansable esfuerzo de encontrar concatenación armónica entre la Fe y la Razón, poniendo ésta al servicio de aquella, me puedan llevar a desistir de la primera, para solo quedarme con la segunda, y con ese libre albedrio, encontrar la realización personal y la felicidad, como parece ser que se encuentran DONBETO, ANTONIO, GARFIO Y TEHAB, quienes afirman, sin restricción ni reserva alguna, que no necesitan de ningún DIOS, que hace tiempo dejaron de pensar en ÉL, que es lo mismo que creer en Santa Claus o en Darth Vader… Quizá me encuentro en un proceso por el que Ustedes ya pasaron, o quizá nunca tuvieron éste tipo de conflictos. Quizá nunca tuvieron que sufrir una práctica de elemental incongruencia y traición a sus creencias, en donde los nombran y aceptan ser padrinos de bautizo, confirmación o primera comunión, quizá nunca se preguntaron si debían o no llevar a sus hijos al catecismo, o a la iglesia, no se si sea difícil como padre decirle a los hijos; NO TE CREAS HIJO, ESO DE DIOS ES PURO PEDO.

Sin embargo, aún estoy muy lejos de llegar a ese estado en que Ustedes se encuentran. Luego entonces me encantaría nunca llegar a ese estado, me encantaría que me sucediera algo mágico como a San Agustín, quien antes de convertirse al catolicismo había adoptado el lema "Entender para creer" (Intelligo ut credam), entendido en el sentido del rechazo de la fe a favor de la sola evidencia. Posteriormente entendió que la formula era incorrecta, que era contrario sensu, es decir, “creer para entender” (Credo ut intelligam), comprendió que el hombre no puede salvarse a sí mismo, tampoco a nivel intelectual: ha de comenzar por la fe en la autoridad de la Palabra de Dios, para que, sanada su inteligencia de los errores y su corazón del orgullo y la soberbia, pueda luego ejercitar su razón en la búsqueda de la verdad.

Creo que la oración de: “No me mueve mi Dios para quererte……..” es de éste mismo San Agustín, pero bueno, me permito compartirles el último párrafo de la oración, que me encanta:

No me tienes que dar porque te quiera,
pues aunque lo que espero no esperara,
lo mismo que te quiero te quisiera.

Si bien es cierto, hoy por hoy, no se puede comprobar la existencia de DIOS, tampoco existen elementos de convicción suficientes y bastantes para acreditar en forma fehaciente, contundente y sin lugar a dudas que DIOS NO EXISTE.

SALUDOS CORDIALES

dull dijo...

Mi estimado Tocayo, sobre la fé y Dios.
Díces: "Aseguro, a mí mismo y a quien le interesara, que el que Dios existiera ó no, haría ninguna diferencia en mi apreciación de la vida."

Eso seria en el caso de que Dios sea como lo pintan, sumiso, callado e indiferente. Pero si ese Dios fuera mas olimpico o griego entonces tendriamos que preocuparnos de la furia de Odín y thor el dios del trueno, si es que existiéran.

Es muy sencillo para una mente educada llegar a la conclusión de que el que existe/no existe, pero creo que la fé va por otro lado.

Yo no soy creyente pero soy un hombre de fé, tengo fe en mi mismo, en mi gente, en mis días, tengo fé en mi chica, en mis sobrinos, en nuestro futuro y eso que el panorama se dislumbra difícil.

El otro dia en el blog de Antonio, afirmaba yo que no creo en Randi(simplemente porque me da mala espina), entonces uno de sus lectores me acuso de rayar en ideas conspiranoides. No le quise contestar por dos motivos:
1)no me dio la gana.
2)mi argumento se basa en la intuición y entonces si los "eseticos" se me lanzarían a la yugular. Como basar mis afirmaciones en meras especulaciónes de intuición?.

Pero ese es el meollo del asunto, lo que yo siento, presiento, mis pensamientos, lo que esta dentro de mi es lo único que yo tengo como verdadero y real, yo no se si la luna deveras es como la muestran en los libros, yo no se nada de ese Dios que nunca he visto, no se ni estuve en la revolucíon que mencionas en tu anterior post...como dijo Jhon Lennon:
"i just believe in me".

Y regreso a la fé, por eso para mi la fé es mucho mas que el argumento simplón que la cataloga como "fe ciega e irracional"

Vuelvo al blog de Antonio donde en estos momentos se debate su ultima entrada con tema parecido al de aqui y donde este vez no quise participar porque siempre he considerado que la razón y la fé son incompatibles mientas se quieran entender como entes separados.

No se puede argumentar o denostar sobre la fe sin antes haberla experimentado, no se necesita un Dios o una religión para sufrir una experiencia religiosa, por muy contradictorio que suene.

Soy un hombre que gusta de razonar, pero también soy un hombre de fé, sin necesidad de un Dios.

te abrazo con fé

dull dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Anónimo dijo...

En mi última intervención me falto concluir con lo siguiente: Bajo la premisa de que no existe pruebas irrefutables de que DIOS NO EXISTE, entonces quién haga ésta afirmación, también está experimentando un acto de FE, entendiéndose por ésta, como la certeza de lo que no se ve. Por lo tanto si no se puede acreditar fehacientemente la NO EXISTENCIA DE DIOS, entonces, resulta inconcuso que el incrédulo tiene FE de que DIOS NO EXISTE.
SALUDOS CORDIALES

Donbeto dijo...

Claro, apreciable anónimo, que he debatido muchísimo conmigo mismo. Tengo incluso la impresión de que soy mucho más dubitativo que tú e estas cuestiones. Siguiendo la línea de tus argumentaciones me he ido formando la impresión de que tu debate interno en “mi incansable esfuerzo de encontrar concatenación armónica entre la Fe y la Razón” no existe y es, como le pasaba a mi queridísimo, tolerantísimo, amoroso y finado amigo el Sacerdote Guillermo Garza (párroco muchos años de la iglesia de Lourdes) una interesante manera de ser “Pescador de Hombres”.
Para decirte eso me baso en tu afirmación sobre un supuesto estado de todos los que mencionas en que no necesitamos ningún Dios (en mi caso es cierto) pero en la que insinúas además , que traicionamos nuestras creencias por aceptar y participar en los rituales religiosos (mencionas específicamente los de la iglesia católica). En relación a ello escribes: “Sin embargo, aún estoy muy lejos de llegar a ese estado en que Ustedes se encuentran. Luego entonces me encantaría nunca llegar a ese estado…”
Es evidente para mí que sabes de lo que hablas y que te mueves en el medio religioso tradicional. Efectivamente, en nuestro contexto muchos agnósticos (en un momento trataré de definirme en ese sentido) seguimos en contacto inevitable con esos rituales. Mis tres hijos están bautizados e hicieron su “primera comunión” y, más aún, espero algún día estar gozosamente en sus ceremonias religiosas de matrimonio.
Y es que, duro amigo, soy inevitablemente católico. Fui educado así por progenitores extremadamente católicos en el sentido tradicional y por ello me considero “católico étnico” y creo que esa ha sido la manera en que he encontrado una forma de no negar (traicionar, dirías tú) mis orígenes y mis entrañables vínculos con mis seres queridos.
Pero a nadie he engañado. Todos los seres significativos en mi vida saben que no creo en la existencia de ninguna divinidad extracorpórea. Mis 9 compadres (por bautizos en doble vía) y, más importante aún, mis tres hijos saben perfectamente todo ello y son maravillosamente diferentes entre sí en relación a lo religioso: Uno es creyente y va a misa casi todos los Domingos. Otro es radicalmente ateo y le hago llamados a la prudencia porque le encanta polemizar y ya ha tenido una experiencia peligrosa al toparse con un fanático religioso y, por último, mi hija tiene una sorprendente combinación de religiosidad y agnosticismo.
Creo que la hiperextensión de estos comentarios es sintomática de lo complejo del tema. Creo que es engañoso, hacia uno mismo, hacer simplificaciones categóricas al meter en un mismo cajón a “Los Ateos” ó a “Los Religiosos”. Dudo que haya dos posturas iguales.
Mira la postura de mi tocayo, Dull, en el siguiente comentario ¿acaso no es diversa?
Acabo de decidir cortar aquí para hacer un escrito “posteable” sobre ello y sobre todo, porque TENGO que trabajar.

Tocayo , por la noche escribiré sobre tu comentario.

Antonio dijo...

Don Beto: Pero tu argumentación no tenía ninguna falla. Sólo mencioné la dificultad de imaginar algunas cosas. Incluso con Novella, para encontrar el error en la argumentación (que no era equivocación sino sesgo, no por eso menos criticable), tuviste que buscar mucha información, seguir los links y pensar en dos lenguajes diferentes. El problema no está en el razonamiento, esa es la parte fácil del funcionamiento de la mente, sino en la imaginación. Alguna vez intenté imaginarme lo que sería ser ciego y me imaginé la negrura total. Luego intenté imaginarme ser ciego de nacimiento y no pude. La negrura sería absurda sin referencia previa. Algún físico dijo alguna vez que quien afirmara hacerse una imagen de la teoría cuántica lo hacía porque no había entendido nada.

Pero al tema. Aunque hay más comentarios en mi post (y eso puede ser cuestión de tiempo), el debate es más rico aquí, por la sencilla razón de que surgieron comentarios con mayor diversidad de posturas (en caso de Dull me produce sentimientos dobles: por un lado me da gusto saber que leyó mi post y por otro saber que el único que tendría un comentario divergente omitió opinar. Algo no estoy haciendo bien y algo sí).

Quise escribir mi post sin colocar las palabras importantes en él y darle un poco de humor, lo que tal vez resultó en un texto indescifrable como un todo, aunque entendible en sus partes.

Lo que dije sin decir es que soy agnóstico, lo cual significa que no caigo en el extremo de negar la existencia de dioses en mi post ni en ningún lado. Entiendo las creencias de otras personas. Soy, al igual que Don Beto, un católico cultural ex-creyente que desde el momento en que supo que Santa Clós era mi papá (lo cual pudo haber sido el año pasado) empezó a dudar de todo lo sobrenatural. Lo que no me parece razonable es que los creyentes, además de creer, pretendan convencerme de que sus creencias son correctas con argumentos tan pobres como los del diseño o el ontológico, y que además defiendan su derecho a propagar sus creencias y a condenar la refutación de las mismas como una falta de respeto. Se respeta a las personas (y sólo hasta el punto en que ellas respeten), pero no a las ideas.

Tienes razón anónimo. La negación total de la existencia de seres sobrenaturales es tan irracional como la aceptación total, y creo que en esa afirmación expresas la medida de tu duda. Incluso Dawkins en su libro (hoy de moda) "The God Delusion", en el capítulo en el que ataca al agnosticismo, llega a la conclusión no confesada de que él es, en realidad un agnóstico y no un ateo.

Yo me encuentro en la misma disyuntiva que describes. Soy agnóstico y mi esposa es creyente. Mi hijo mayor sabe que yo no soy creyente, asiste al catecismo y tanto mi esposa como yo estamos abiertos a responder todas sus preguntas sin ocultarle nada, y así se lo hemos expresado. El resultado todavía no lo sé. Tal vez nadie lo sabe aunque la diversidad y libertad que se vive en la familia de Don Beto, según él mismo expresa, es quizá la situación hacia la que se dirige mi familia.

Por último, Anónimo, que tienes habilidad para expresarte por escrito, por lo que me parecería interesante leerte en tu propio blog, si te animas a abrir uno.

Un Abrazo.

PD: Por error, había puesto este comentario en el post anterior.

Workaholica dijo...

aún estoy muy lejos de llegar a ese estado en que Ustedes se encuentran. Luego entonces me encantaría nunca llegar a ese estado

Palabras MUY sabias de anónimo....

Yo al igual que ustedes fui educada bajo la más estricta doctrina católica y así Dios me fue enseñado y aprendí a creer en él...... nunca supe realmente en qué momento dejé de hacerlo.... simplemente aquella Fe tan grande desapareció.... y ahí es el punto.... cuando llegas a (la sabia o estúpida) conclusión de que Dios no existe.... pierdes algo muy valioso.... y creo que es la maravillosa sensación que te da el pensar que no estamos aquí por una simple casualidad de la naturaleza...

A veces, cuando veo a las personas que tienen FE, podría decir que me da un cierto grado de envidia.... los veo protegidos.... y me hacen ver que yo tengo que luchar sola sin esa protección..... sin embargo... no puedo hacer nada al respecto....

Antonio :

No he querido entrar en tu Blog, porque me siento totalmente incompetente para hacerlo. Fijar una postura en cuanto a si Dios existe o no sería un poco irresponsable de mi parte.... porque no lo sé....

Saludos

Donbeto dijo...

Querido Dull:
Leí tu comentario por la mañana y desde ese momento hasta ahora me ha asaltado, repetidamente la cabeza y ¡que chingados!... me ha asaltado también eso que hace mucho tiempo pasó de moda como expresión sintética de emoción profunda: el corazón. Si...si...ya se que se lee cursi y además, ignorante. Sé que el corazón hace tiempo dejó de ser foco de atención poética, y que la ciencia ha demostrado absolutamente que en el corazón no anidan las emociones y que ya conocemos absolutamente todos los ingredientes del corazón y....que ha quedado desmitificado, y que ningún poeta contemporáneo podría escribir algo tan común en el pasado como : "Estás en mi corazón" porque sabemos que el corazón no almacena imágenes. Igual ha ocurrido con la luna: Objeto condensador de tantas proyecciones emocionales desde que el primer Cro-Magnon pudo imaginarla diosa hasta cuando Mecano hizo "Hijo de la Luna". Hemos perdido poco a poco a la luna romántica, con sus historias fantásticas ó como catalizadora de amores.
Hemos perdido para siempre la inocencia de lo alegórico. Pero no es la ciencia la culpable sino la arrogancia de los supuestos científicos y el retraimiento de los poetas.
Y es que los poetas y, en general, los hombres y mujeres sensibles, conectados a esa fe tuya que quiero creer es la mía y que llamo Eros-Amor, le tienen (tenemos) miedo a esos señores metodólogos, obtusos, "científicos", que creen saber todo y que tienen a su alcance ideas aplastantes de Popper ó Bunge utilizables para ridiculizar la intuición y la sensibilidad...Pero, querido Dull, el problema no es de ellos, el problema es que nos hemos creído que esas cosas intangibles, no medibles pero, estoy seguro, importantísimas, son rídículas ó no científicas y las escondemos y entonces no ayudamos a los pobres tipos que esconden sus irracionalidades atrás de una fachada de pequeños conceptos rígidos y estereotipados, que, incapaces de atrapar los amores y los odios, primigenios, oscuros y elusivos para la razón, se burlan de ellos.
Pero eso no es, para mí, la ciencia. Esa es una enorme defensa. La ciencia no la hacen los técnicos ni los metodólogos refugiados ó,mejor, atrincherados en un conocimiento heredado pero incapaces de ver más allá de los manuales de laboratorio. La ciencia la hace el amor. Filosofía es "amor al conocimiento" y, para que sea amor, debe ligar yno desvincular.
Pero es que, Dull, de pronto retrocedemos ante el misterio y, en espera de que la ciencia haga pininos por ahí, el terreno no debe ser abandonado por aquellos que se aventuran donde los metodólogos no se atreven: los excéntricos y los poetas. Ojalá no abandones el campo y sacudas con tu creatividad, fe y emociones, los lugares comunes de la humanidad refugiada en una "ciencia" amputada. Esa comunidad especial, ríspida en ocasiones, arrogante muchas veces, pero inteligente e interesante que se reúne en el Blog de Antonio se enriquecería, aunque ocasionalmente parezca no apreciarlo, con tu participación.
¡Chingado!...como me disgrego...al principio lo único que te iba a decir era que por supuesto que no podría ser indiferente a la presencia del olimpo griego. Imagina lo divertidísimo que sería....y lo preocupadísimos que tendríamos que estar protegiéndonos de Zeus, íncubos, súcubos, ninfas, Eras, Ecos y demás.
Te abrazo olímpicamente

Antonio dijo...

W: "...Fijar una postura en cuanto a si Dios existe o no sería un poco irresponsable de mi parte.... porque no lo sé...."

¿Y dónde dije que yo lo sabía? Lo único que digo en mi post es que los argumentos que me ponen me parecen muy fáciles de refutar.

Un Abrazo

Donbeto dijo...

Querido Toño:
¿Ya te había dicho que eres uno de mis mas grandes amores blogueros?
Fíjate que cuando escribí lo de Novella y el que no hayas advertido su sesgo, en parte, fué un intento una broma y, como me ocurre habitualmente, salió malograda. Te conozco el lado filo-sófico y créeme que te lo admiro y valoro mucho.
A propósito de ceguera te quiero decir que para mi largamente pospuesta serie sobre "De los Instintos a la Ideología" hace tiempo que decidí reanudarla -no sé cuando si te sigo plagiando temas para el bló- con la narración maravillosa que hace Hellen Keller, ciega, sorda y por lo tanto muda, de su encuentro con el lenguaje...¿imaginas?....¿cómo no tener fe?
Tus entregas, Toño, son muy buenas...y creo que todos te lo reconocemos. Además, pocas veces he visto tanta congruencia en alguien en aquello de respetar a las personas pero no necesariqamente alguna idea. Ojalá algún día te postules para algún cargo público...¡A cabrón!, se me salió una agresión aunque, por supuesto, contarías con mi voto.
Una divergencia importante que ya hemos tenido tiene que ver con tu gran capacidad para visitar y leer blogs.....No te creas anónimo, no hagas ningún blog...ya estoy atiborrado con dos ó tres, incluído el mío. Lo que si te sugiero, Buen Anónimo, es que te pongas algún nombre para irte personalizando más.

Al margen: Por cierto... Aquello de " No me mueve, mi Dios, para quererte..." lo atribuí erróneamente a Sor Juana Inés y, como es un soneto hermoso (aunque de realización, a mi juicio, imposible)que aprendí de memoria en mi infancia-pubertad me dí a la tarea de buscar el autor...No hay acuerdo... lo voy a transcribir completo porque, además de hermoso, es un soneto perfecto y ejemplo de fe ajena a la razón -para mi-. Me hace emocionarme, como la luna, el amor, el corazón y la ninfa:

No me mueve, mi Dios, para quererte
el cielo que me tienes prometido,
ni me mueve el infierno tan temido
para dejar por eso de ofenderte.

Tú me mueves, Señor, muéveme el verte
clavado en una cruz y escarnecido,
muéveme ver tu cuerpo tan herido,
muévenme tus afrentas y tu muerte.

Muéveme, en fin, tu amor, y en tal manera,
que aunque no hubiera cielo, yo te amara,
y aunque no hubiera infierno, te temiera.

No me tienes que dar porque te quiera,
pues aunque lo que espero no esperara,
lo mismo que te quiero te quisiera.

¿Acaso no hay excelsitud en el acomodo de palabras-idea-sentimiento?

Donbeto dijo...

W
Resulta que tendré que reconocerme polígamo y, además, perverso porque...
¿Ya te había dicho que estás deviniendo en uno de mis mas grandes amores blogueros?...
¡chingado!....viejo y enamoradizo! que ridiculencia...
Fíjate querida trabajo-adicta que yo perdí a Dios y, paradójica y anticientíficamente, creo que al mismo tiempo lo encontré. Perdí al Dios que construímos para sentirnos protegidos, amados, abrazados, acunados, regañados, contenidos, vivos, nunca miuertos y ahora veo a Dios en tí, en mis hijos, en mi lastimada esposa, en la oruga ¿Cual es la diferencia entre mi Dios infantil y mi Dios actual?...lo traté de plasmar en el "post"...creo que mi aceptación de finitud y mi mayor contacto con "Todo yo" y "Todo Otro"....se lee mamón y, quizá lo sea pero asi lo siento.
En cuanto a no entrar al blog de Antonio quiero decirte a tí y, sobre a todo a Toño (que veo te acaba de contestar) que lamento mucho haber

Donbeto dijo...

(debí interrumpir bruscamente porque tuve que asistir a mi esposa en un pequeño accidente)
....lamento mucho haber, de alguna manera,contribuiído a que tanto Dull como tú no hayan opinado en lo de Antonio...
No me gusta porque entonces caemos en lo que tanto critico: hacer clubs de homogéneos.
Que Dios, el que quieras, esté contigo
Me voy a meme..la meme después de dar un vistazo por "delenda..."

dull dijo...

Mi estimado,creo que nos parecemos o coincidimos en el gusto de usar ambos parentales (otra mamada científica) o por decirlo de otra forma, disfrutas como yo de lo mejor de ambos mundos.

Y lo supe sin preguntar, desde que vi como te esmerabas en compartir con tus lectores los trabajos de Callas, Aute, los hermanos Gallagher y Louis Armstrong, compartes afinidad pues, por el góce de los sentidos.

De unas décadas para acá, a quienes gustamos de gastar nuestro tiempo en trivialidades como leer y releer frases como aquella de Neruda que dice "te amo como se aman ciertas cosas oscuras" se nos cataloga como ñoños o se nos archiva en el apartado de las sectas new age, hippies o cursis.

La ciencia por su lado hace su parte, primero afirma que las neuronas son irremplazables, ahora se descubre un químico capáz de regeneralas.
Las canciones de Serrat, mcartney,y Jobim serán siempre igual, no se equivocan solo son lo que son y son para lo que son, para escucharse.

De ahi mi afirmación de que ciencia y fe son incompatibles,una se razóna, la otra se siente.

También por eso creo que eso de "la existencia de Dios" debe contemplarse desde la experiencia y óptica personal de cada quien y según te haya ido en la feria.
En una entrada reciente de mi blog les platique de un amigo muy orgullosote por haberse convertido al "ateísmo", sus argumentos eran "libros, blogs y sitios de internet"... te falta vivir mi amigo,le tuve que decir.

Yo, hijo de católica y presbiteriano no soy ni uno ni lo otro, no soy creyente pero tampoco soy ateo y menos agnóstico pues ya decidí si creer o no.

Que soy? soy otra cosa, el resultado de mis horas altas y bajas, "yo se bien mi pedo" como diría un tío grosero que tengo.


Gracias por tus palabras Y si, no dudes que seguiré lanzándome al vació sin paracaídas incluido, encuentro placer en darme de madrazos.

un abrazo desvelado

Workaholica dijo...

Querido Doctor :

¿Perverso?...... no lo creo..... eso sí, lograste que me sonrojara como quinceañera con ese comentario......... jajaja

Cuando dije : tengo que luchar sola sin esa protección..... no lo hice literalmente..... así como tú y Dull.... sigo teniendo FE, sobre todo en el amor (en todas sus variantes)........

Yo iba más por aquella sensación de tener a un ser Todopoderoso y Omnipresente repapaloteando invisible sobre mí, adivinando mi pensamiento, dirigiendo mis actos, protegiéndome contra el mal....
7x24x365 (como los consultores... jajajaja..)... muy rico ¿no?

Ahora que no lo tengo.... creo que soy muchísimo más responsable de mis decisiones (ya ves por qué les meto tanto análisis).....

Y no mi Doc.... en ningún momento fuiste el causal para que no entrara al blog de Antonio..... me fui por la tangente y Antonio tiene razón, él hablaba de la cosecante....... ¿Homogéneos?... JAMÁS... sería aburridísimo..... jajajaja

Saludos no violentos

Donbeto dijo...

Tocayo:
Pues al menos me queda claro que no te consideras católico, ni presbiteriano, ni creyente, ni ateo ni agnóstico pero sabes "tu pedo" y antes, lenon-amente dijiste: "I just believe in me" y dejaste establecido que tienes fe colocada en algunas personas concretas.
Fíjate que si yo buscara colocarme en relación a las creencias usando diccionarios quedaría perfecto en "agnóstico", concepto que le debemos a uno de los Huxley (sólo sé que no a Aldous sino a uno de sus ancestros). Buscando en google para encontrar el dato me entretuve porque en http://html.rincondelvago.com/ateismo_5.html el autor dice lo siguiente del ya fallecido político español Tierno Galván : "Tierno Galván ha convertido el agnosticismo en señal de identificación para muchos de los no-creyentes españoles de los últimos años. Tierno Galván declara no ser ateo, es decir, no quiere definirse precisamente por la negación de Dios. Es el agnóstico "un hombre instalado en la finitud". Finitud para Tierno es lo contrario de trascendente. Es, pues, la instalación en la finitud, la aceptación de la realidad humana tal cual es, sin esa dimensión, con su grandeza y su gozo, su capacidad de progreso e incluso su capacidad de ser "fuente de lo inefable". El agnóstico no se preocupa de la posibilidad de la existencia de Dios, porque no admite la posibilidad de comprobarlo".
¡Y yo que creía que mi postura era original!...de ahora en adelante podría considerarme "Tiernogalvanista!.Ja!
Lo cierto es que me identifico mucho con esa postura y, créeme, con la de tu afiliación a la sensibilidad y la fe en lo humano.
Recuerdas a Neruda y, ¡carajo! me falta el tiempo. Quiero releer "Confieso que he vivido" y quiero releer sus Odas Elementales (a los calcetines, a la cebolla, al aceite, a la alcachofa ó, al menos su "Incitación al Nixonicidio"... ojalá un día...
Te doy, tocayo, un abrazo en el aire mientras grito estentóreamente:
¡Echen Pajaaaaaaa!

W:
Gracias por exonerarme. De pronto me siento como se ha de sentir el ínclito anonadado Juan Carlos Ugalde, casi ex del casi ex IFE.
Mientras ustedes andan con tangentes y cosecantes yo me quedo resolviendo Senos y Cosenos. Ahora ya solo en mi vívida imaginación porque el dios Eros ya me ha dispensado de la tiranía de las pulsiones crudamente carnales.
Buscaré, para más adelantito, dioses ó diosas del Amor que me cuiden 7X24X365. Hay una organización de enfermeras en Monterrey que llaman a su negocio: "Amor". Tengo que ir informándome cuanto cobran para cuando me mee y cague en la ropa.
No te abrazo porque ya hasta sentí asco de mi mismo.
Te saludo, con expresión de Heidi en los Alpes, moviendo delicadamente la manita

Workaholica dijo...

Afortunadamente en primaria aprendí a sumar y restar; y aún te falta mucho tiempo para que te cambien el pañal... así que mejor búscate un negocio que se llame "Amor" pero no precisamente regenteado por enfermeras..... jajajaja

Ahhh y por cierto... una de mis cualidades es que no soy nada asquerosa.... así que tomo ese abrazo sin ninguna repulsión......

Donbeto dijo...

Te digo.
eres una lovely woman.
Abrazo aséptico

Y un dia.... dijo...

me parece que es al reves, si miras para todos lados solo ecuentras rocas y gases girando, nosotros somos algo extraño e inusual, es mas facil imaginar el universo sin nosotros, la mayor parte del universo esta deshabitada, en este sistema solar solo este planeta de tamaño mediano esta habitado, gigantes como jupiter y saturno estan completamente solos

la soledad y la no-vida (no digo muerte porque primero alguien tendria que haber vivido alli) es el estado natural de el universo

cada quien es libre de creer lo que quiera

Donbeto dijo...

Que misterio profundo la vida.
Creo que no sabemos lo más importante y que ahí es dónde cada quién cree lo que quiere. Maravillosa e improbable humanidad y maravillosa libertad.
E pour se muove....dijo Galileo