miércoles, septiembre 10, 2008

MES DE LA PATRIA

A fuer de sincero, la patria, en abstracto, no me importa.



Me importa cuando la concretizo en unos cuantos lugares que adoro, unas cuantas personas entrañables; guisos irresistibles; palabras mágicas, de profundo significado consensuado entre los próximos-prójimos, únicas y especiales, capaces de detonar súbitos afectos, desde el odio hasta el amor, o de provocar estancias sabrosas en la ternura, o inquietas, alertas y desconfiadas en el reclamo.



La patria, para mí, se vuelve Patria cuando asocio a ella el recuerdo de mi padre y puedo, entonces, amasar las letras y llamarla matria, mapatria, hijatria, amigatria, hogaratria y entonces, solo entonces, puedo emocionarme con tres colores puestos en un trapo que sube hasta alturas insospechadas en mi estimación y puedo entonces, respetuosa, cariñosa, orgullosa, preocupada y amorosamente besar sin misticismos el trapo convertido en símbolo.





Oficialmente cumplimos 198 años...no importa. Como buenos mexicanos debemos armar un pachangón y que se vayan a la chingada los que agûiten el mitote (violentos y ratas de todo tipo)

Nota: Coloqué a Paulina protegidita con nuestro querido lábaro en un intento patriótico de compensar el malinchismo implícito en mi excitación con la imágen sexy-imperialista del post anterior

1 comentario:

TheJab dijo...

Puedo anotar en dos incisos los momentos en que más mexicano me he sentido:

a) Cuando juega la selección de futbol

b) ahora que m'ijo representó a Hidalgo.

¡Viva México!