viernes, septiembre 05, 2008

IDENTIDAD MEXICANA: ÉLITE INTELECTUAL DESHONESTA

Ayer, como todos los días, compré el periódico y, temblando, empecé a leerlo.

Las notas sobre decapitaciones y otros espeluznantes crímenes narrados en “El Norte” debieran ser suficientes para ponerme a temblar pero confieso que se me ha “trivializado” tanto el asunto que, puedo estar leyendo lo terrible que debió ser el que a alguno de los anónimos afectados por tan radical forma de perder la cabeza se la desprendieron con un cuchillo romo, mientras transita el café, deliciosa, tibia y placenteramente, por mi intacta garganta.

Mi temblorina en realidad es causada porque los dueños de la cafetería decidieron que en sus establecimientos si se aplicaría la Ley Antitabaco y, adicto irredento como soy, sufro de Síndrome de Abstinencia.

¡Pero cuanto dislate!

Lo que verdaderamente me motivó a “postear” hoy fue la sorpresa que experimenté al leer el artìculo ‘Extraño enemigo’, del columnista Lorenzo Meyer (El Norte, 4 Sep. 2008).

Meyer estudia nuestras violencias y hace una síntesis que yo podría suscribir. ¡Tenemos –casi- las mismas teorías, diagnóstico e, incluso, compartimos algunas recetillas para el tratamiento!

Me sorprendió aun más que Lorenzo recurriera, como yo en mi escrito anterior, a fundamentar algunas ideas en el remotísimo y poco recordado estudio de Oscar Lewis.

Sin embargo con Lorenzo Meyer, igual que con Carmen Aristegui, Miguel Ángel Granados Chapa, et al, clasificados como “periodistas de izquierda”, me ocurre lo mismo que con Pedro Ferríz de Con, Gustavo Rentaría…et al, clasificados como “periodistas de derecha”… Me dan, no me disculpe usted, profunda GÛEVA (“gûeva” es mucho más radical que “hueva”)

Y es que todos ellos reflejan uno de los mas grandes defectos de nuestra identidad cultural, ie, independientemente de la brillantez con que desarrollan sus temas justifican, final y radicalmente, cualquier pendejada de los políticos con los que se han alineado y, por otro lado, jamás reconocen clara e incondicionadamente alguna acción acertada de sus contrarios.

Todos ellos pertenecen a nuestra èlite y podrían ser mejor definidos no desde topografías de izquierda ó derecha sino desde la perspectiva moral: son deshonestos, al menos intelectualmente.



3 comentarios:

dull dijo...

Coincidencias que casi casi dan miedo, verdad? Pero gusto, complicidad y alivio a la vez.

Eso de la deshonestidad intelectual entre los periodistas de elite me llama mucho la atencion, ojala profundizaras mas pues me parece un tema con muchos asegunes.

Mañana estare por su ranchote, a ver si hay forma de comunicarnos al menos para decir quiubo?

abrazo tocayo!

Donbeto dijo...

¿Dónde firmo como si fuera autor de tu primer párrafo?

¡Vaya que hay asegunes!...luego trataré de ampliar el tema. Preliminarmente solo te diré que considero brillantísimos, intelectualmente hablando, a los ejemplares que mencioné y que, por lo mismo, supongo que tienen plena conciencia de la parcialidad con que aplican sus juicios condescendientes ò condenatorios en relación a conductas iguales o parecidas dependiendo de filias ó fobias.....¡que pinche reduntante y anacoluto me leo!...basta!

Encantado de decirte quiubo verbalmente, por teléfono ó personalmente, querido tocayo...
Ojalá se pueda
Marca el 83563196. Si te contesta la máquina deja tu número y te llamo en cuanto pueda

Ramona Cantú Westendarp dijo...

mi estimado Beto,
he de confesar que lo que a mi siempre me ha dado profundísima hueva es leer "las noticias oficiales" (prensa, radio y televisión). Reconozco que debería disciplinarme y tolerar el "saber" que ocurre a mi alrededor, sin embargo, tengo la fortuna de tener un padre, unos hermanos y un cuñado que en cada comida familiar sabatina me "obligan" a enterarme de las noticias locales, nacionales e internacionales más apremiantes incluyendo las más nimias. Pero cuando me entero de ese "saber" casi siempre me queda la impresión de que era un caso de "lo sabido, no pensado" (Bollas) o lo que es lo mismo, lo sabido que nos tiene a algunos hasta la chingada y quisiéramos escindirlo. Así las cosas, con las campañas electorales hoy en día, se me ha aumentado la repugnancia a la "escucha analítica" de las perogrulladas que prometen.
Sin embargo, en lo que decido si poner atención analítica, en el micro-mundo personal de los que me rodean encuentro que eso que dices de la elite intelectual del periodismo, se repite exacto en muchos de los psicoanalistas. O soy freudiano, o lacaniano o kleiniano y todos los demás son...
¿seremos humanos? dirías tu.

un abrazo