domingo, octubre 28, 2007

CULTURA E IDENTIDAD MEXICANAS: PRINCIPIO DEL FINAL










NACIONES UNIDAS MÉXICO


Esta entrega es el principio del fin, al menos en el formato que ideé, de la serie en que he pretendido contribuir a entender la génesis y permanencia de rasgos culturales en la sociedad mexicana. Particularmente de aquellos que a mi juicio dificultan la transición hacia patrones de interacción social en que predomine el respeto a los derechos humanos individuales, la responsabilidad y solidaridad social y la disminución o eliminación de la segregación entre dos grupos poblacionales: una minoría privilegiada, instruida, integrada a las tendencias tecnológicas mas avanzadas, inmune a casi toda norma legal y ajena a cualquier compromiso social para con la otra clase, mayoritaria, poco instruida, marginalizada y sumida en la patología de la pobreza.

El inicio del siglo XXI pudiera ser llamado de la Homogenización Global y los localismos se constriñen cada vez más a favor de una Cultura Global que parece imponer en todo el mundo la modernidad uniformadora, inevitable e incontenible y, en ese contexto, pudiera parecer absurdo cualquier esfuerzo que remarque las singularidades culturales.

Pero mi objetivo es doble, reforzar nuestras singularidades y, en aparente paradoja, buscar las mejores maneras de integrarnos a la globalización.
Soy un firme partidario del derecho de cada individuo y, por extensión, de cada pueblo a diferenciarse de los demás. Lo primero que me hizo dudar de las arrebatadas convicciones comunistas que marcaron mi juventud fue la anomia y homogenia de las multitudes disciplinadas y robotizadas en las “Asambleas” de los Partidos Comunistas en la Unión Soviética, en China y…monstruoso para mí…en la que había sido alegre y bulliciosa Cuba la Bella.

Creo que ahora el mundo enfrenta la posibilidad, en términos mediatos, de una alienante homogenización ya no de base ideológica sino económica. Los enormes e incontenibles capitales transnacionales, liberados de la contención que ejercía el sistema antitético (comunista), muestran su enorme poder de control sobre gobiernos y costumbres.

Ante ello, el refuerzo de las identidades personales y sociales es la mejor manera de preservar la libertad, amenazada, incluso, en el país que inauguró la aplicación de las ideas de libertad cívica: los Estados Unidos de América, cuyos principios básicos han sido minados progresivamente en los últimos años (se ha permitido el uso de la tortura, el espionaje generalizado y LEGAL dentro de ese país, se protegen monopolios y el ejercicio de la política muestra mayores, cada vez, signos de corrupción)

En los últimos años y por primera vez en nuestra dilatada historia, los mexicanos hemos podido empezar a vivir en libertad, sin la amenaza de gobiernos déspotas, autócratas o tiranos.






Debemos apreciar y valorar carísimamente dicha libertad.
Pero es una libertad que hace sus primeros pininos y que fácilmente puede ser revocada por la insatisfacción de la población ante el reino de la desigualdad, la pobreza y la delincuencia. Somos una población, así, genéricamente, acostumbrada y buscadora de dirigencias de “hombres fuertes” que nos eviten la ardua tarea de pensar, decidir y responsabilzarnos por nosotros mismos.


A lo largo de esta serie he tratado de revisar los orígenes, las formas, los porqués y los comos de nuestra prolongada aceptación del ejercicio abusivo del poder en todos sus niveles: de género, familiares, laborales y políticos; de la corrupción extendida en la que todos, de una forma u otra, participamos; de la violencia social; de la escasa o nula solidaridad social y de la profundísima desigualdad económica y de acceso a oportunidades entre las clases sociales.



En una última entrega resumiré mis planteamientos sobre ello y colocaré la bibliografía en la que me he apoyado

6 comentarios:

Antonio dijo...

Percibo que los mexicanos cada vez aceptamos menos el ejercicio abusivo del poder. Incluso las clases bajas tienden a vernos con desconfianza, como que ya no somos los que saben o los que los pueden ayudar.

Un Abrazo.

Donbeto dijo...

Antonio:
¿Dónde firmo?
Yo percibo lo mismo y me parece promisorio y halagüeño. Sin embargo creo que es un cambio todavía demasiado frágil y que, si no trabajamos (al menos en fomentar conciencia a la medida de las posibilidades de cada uno)pudiera ocurrir una regresión.

Fíjate que estoy subiendo la síntesis. Resultó demasiado trabajosa y larga así que, siendo riguroso, es una "pseudosíntesis". Publico la primera parte,pero estoy teniendo dificultades para formatearla. Espero remediarlo.
Correspondo al abrazo

TheJab dijo...

Habrá que hacer luego un resumen de la síntesis...

Donbeto dijo...

y se prologará hasta el infinito "la mexicaneidad"...
Carajo!
Juro por la memoria de Hutzilopochtli que termino en el siguiente escrito aunque tenga que rebautizar el asunto!
nota: no juro por la memoria de nadie que quiera porque...no vaya a ser

Y un dia.... dijo...

ya no es igual que antes, la gente poco a poquito esta despertando, mientras se practique mas la expresion libre pienso yo que mas y mas gente se va a costumbrar a pelear por sus derechos

un saludo Don Beto

Donbeto dijo...

Lo creo también, Kekox.
De hecho déjame decirte que a pesar de nuestra imperfecta e inmadura práctica de libertades cívicas, tengo la esperanza de que se vaya estimulando, en la población, en todos nosotros una mayor capacidad crítica, mayor defensa del derecho de todos a las libertades esenciales (expresión, religiosa, sexual, política y de asociación) y que todos tengamos tolerancia (no necesariamente aceptación) a los diferentes.
Saludo endeliciado