martes, octubre 30, 2007

IDENTIDAD MEXICANA: SÍNTESIS

Mi hipótesis básica consiste en afirmar que los síntomas de disfunción social en cualquier sociedad tienen su origen en la permanencia de eventos traumáticos y de la acción de personajes concretos que tuvieron la fuerza e impacto suficientes como para determinar que se institucionalizaran y por tanto, se “fijaran” como rasgo cultural, las peculiaridades en el ejercicio del poder en todos los niveles.
Aunque creo que la hipótesis es válida para cualquier sociedad (ejem: ¿Acaso el que una pareja presidencial en Argentina se suceda en el cargo no tiene una raíz histórico-cultural?), el entorno que me interesa estudiar es el mexicano y, en el intento, planteé cuatro “marcadores” históricos de rasgos culturales:


1.- PRIMER MARCADOR: VENCIDOS Y VENCEDORES; RASGOS “FIJADOS”:

  • La Ley es de aplicación discrecional. En el apartado correspondiente abundo sobre el tema. Por ahora solo retomo la no aplicación de la ley a la poligamia de Hernán Cortés y su aplicación severa, por el mismo motivo, al cacique indígena de Texcoco. Hasta la fecha se escucha a los investidos de poder decir naturalmente: "Para los Prójimos: Justicia y Gracia. Para los Semejantes: solo Justicia.
  • Identidad ambivalente del mestizaje. Somos, quizá, la sociedad más mestiza del mundo y debo insistir en que no me refiero al sentido objetivado que frecuentemente se toma como su evidencia, el color de la piel, sino al mestizaje psicológico. Evidentemente nuestros antepasados europeos fueron exitosos en imponer lengua, religión, costumbres y sistema judicial a tal grado que todo ello es portado hasta la fecha por la gran mayoría de los mexicanos pero, lo europeo, al ser identificado como vector paterno impositivo, conquistador, explotador y abusivo, en contraste al vector materno, indígena, sometido, vencido y abusado ha determinado profundas y enfermizas ambivalencias en relación a nuestros orígenes, impidiendo una apreciación realista de nuestros diversos constituyentes: En la superficie negamos ó repudiamos nuestra herencia europea y cultivamos, también superficialmente, nuestra identificación con un mítico Imperio Azteca mientras, en los hechos de la cotideanidad, despreciamos la vertiente indígena y buscamos "mejorar la raza" a traves del "blanqueo" de nuestra descendencia. Creo que la instauración de este dinamismo ocurrió con la poligamia colonial y la consecuente formación de "familias legítimas" y "familias bastardas". Los hermanos (medio-hermanos) escindidos, resentidos y desconfiados (lo somos hasta la fecha) tendrían su primer antecedente en los dos hijos "Martín Cortés" de Hernán.
  • Creación de mitos al servicio del status quo. Aunque considero ha sido uno de nuestros más grandes pensadores (quizá el mayor) de y sobre nuestra sociedad, creo también que no pudo advertirse a sí mismo, en sus análisis, como miembro de la élite usufructadora de privilegios. Más aún, considero que su obra señera, "El laberinto de la soledad", entre aciertos, ha tenido un defecto altamente nocivo al contribuir a la construcción del mito 'Padre Cortés, violador, extranjero, ajeno - Madre Malinche, chingada y chauvinista' sin estudiar, sorprendente en él, las complejidades de ambos personajes. El otro gran mito, estrechamente ligado al anterior y tampoco denunciado por Paz, es el de la exitosísima construcción del ícono infantilizante por excelencia: La Virgen de Guadalupe. Aventuro, literalmente aventuro, en el texto in extenso, la especulación de que la imagen adorada pudiera corresponder al retrato al óleo de Doña Marina que Cortés mandó pintar poco antes de las milagrosas apariciones del Tepeyac y del que no se volvió a tener noticia. También aquí se instituyó la negación del Padre al, primitivamente, negar el origen español de la multimentada virgen, de la que el conquistador era devoto.
  • Institución del nefasto "Síndrome de las Buenas Conciencias". Esto permitió y permite a los miembros de la élite apaciguar la culpa por nuestros privilegios, abusos y falta de solidaridad social mediante vacuas, pueriles y superfluas acciones de apoyo y simpatía hyacia los jodidos (limosnas, declaraciones inconsecuentes de solidaridad e identidad común, etcétera). Creo que un potente instaurador y legitimizador de ese rasgo fueron las publicitadísimas y muy admiradas acciones, "en defensa de los pobres indios" del Obispo Las Casas. Está firmemente instalado en nuestras costumbres y da origen a una enorme industria de la mendiguez.
  • Pobreza intelectual de la élite y de los marginados. Negar verdades evidentes apoyándose en mitos fundantes de una espuria identidad empobrece las capacidades analíticas y sintéticas de los individuos y de la sociedad en su conjunto. El falseamiento de la realidad determina, finalmente, la oclusiónde cualquier camino ó esfuerzo con pretensión científica. Creo que este síntoma se instituyó desde que la élite se "camuflageó", preservando sus privilegios en el proceso, en un indigenismo fútil y absurdo centrado en el rostro indígena de la Virgen y/o en el heroísmo del último Emperador Azteca, Cuauhtémoc y, concomitantemente, negando el evidente parentezco, como clase social (insisto: mas allá de lo racial) con los ambiciosos conquistadores que vencieron y destruyeron, para siempre, el idealizado imperio indígena y, posteriormente, con la élite colonial.
  • Relación falseada con la Otredad (con los diferentes): Hay dos formas en que los mexicanos (todos) falsificamos la relación con la Otredad: 1.- Contactos de Superficie: pautados dentro de cierto formalismo (les hablamos de "usted" a los jodidos y, a los de cierta edad, albañiles ó plomeros, les anteponemos el "Don") son evitativos de todo diálogo significativo ó emocionalemente cargado. La esterilidad es la marca de estos contactos y su finalidad inconsciente es mantener al otro como depósito de las proyecciones de los propios miedos y agresiones. Se busca reforzar el estereotipo de clase: para el Self-Élite el otro es el pinche güevón que solo piensa en alcoholizarse y para el Self-Jodido, el otro es el pinche mamón que tiene dinero porque es transero ó porque heredó. Quedamos hermanados en "lo pinche". 2.- Relación en la Abstracción: El contacto con la Otredad es discursivo pero nunca dialógico (aquí cabe el estudio de O. Paz). Por razones evidentes este es un mecanismo de la parte intelectual de la élite. El reconocimiento del otro se vuelve mítico e hiperbólico y en sus palabras no se puede captar a ningún sujeto concreto. Por tanto, pone mayor distancia e implica tambien mayor rechazo. Por este mecanismo se fortalecen las creencias, no el conocimiento, acerca de las características de determinados grupos y se justifica la inequidad cuando el marginado (ó la minoría discriminada) se representa como mas feliz, alegre y despreocupado que los privilegiados. Es una ideologización anti-epistémica, mitigadora de culpas. Creo que el mecanismo se instauró cuando los curas y la élite colonial se interesaron en emparentarse con "El Indio Abstracto", deconectándose del "Indio Concreto".
  • Foso entre feminidad y masculinidad. Aunque frecuente en muchas sociedades, la escisión entre géneros ha sido particularmente profunda en México. El paradigma de Otredad por excelencia es el de Sexo-Género y, siguiendo mi análisis, la mitología del mexicano, tan cultivada por nuestra intelectualidad, denuncia per absentia , una profunda escisión entre lo masculino y femenino. Todos los intentos por encontrar la identidad mexicana se hacen desde lo masculino, aún en el caso de las pocas mujeres que han trabajado el tema, se hace como asunto entre varones. La mujer y lo femenino, su ubicuidad, diversidad y complejidad queda en un trasfondo oscuro, negado, sustraído del análisis con la ayuda del viejo, poderoso y simplificador mito de "la puta" ó "la santa".
  • Mito de la "Supermadre". En el texto extenso advierto sobre los rudos y poco cariñosos métodos de crianza prehispánicos y sostengo que en el presente, en grandes grupos poblacionales, siguen presentes los estilos de crianza que predisponen al sometimiento y a la eliminación de las funciones críticas. Creo que es aquí donde se puede encontrar la base de la fascinación en nuestra cultura por los personajes "machos" y, en contrapartida, por la identidad sexual ambigua de personajes públicos. Este punto igualmente podría explicar la, incomprensible de otra manera, tolerancia, aceptación y pasividad de la población hacia arbitrariedades y abusos de los detentadores del poder en cualquiera de escenarios sociales.
  • Subrogados paternos. La ausencia metafórica y, en muchos casos real, de la imagen paterna recibió un refuerzo fortísimo durante los trescientos años del período colonial. Un Rey, Emperador, Presidente ó Dictador simboliza siempre a la figura paterna. En México (y toda la América hispánica) lo mas cercano a figura paterna era el Virrey en turno, de permanencia efímera (promedio de seis años). Cada tipo en el cargo sabía que al retirársele el título acabaría también su carrera política y, generalmente, sería negativamente enjuiciado. Naturalmente no se asumían como padres protectores y comprometidos con pueblos de los que no se sentían parte y hacían uso patrimonialista del poder. Creo que por haber internalizado esa temporalidad y ausencia de padre permanente, muchos mexicanos, en su tiempo, se opusieron rotundamente a los dos fallidos Imperios nacionales: el de Agustín Primero (concretador de la Independencia. Fusilado en Tamaulipas) y el de Maximiliano de Habsburgo (fusilado en Querétaro).

    Nota: quien crea que todo esto es demasiado extenso para ser síntesis seguramente tiene razón y probablemente no ha leído el escrito que publiqué inicialmente, del que extracto lo anterior.
    Y ¡todavía me quedan tres marcadores por sintetizar!...tendré que continuar otro día . Prometo que ahí haré el final final.



2 comentarios:

Antonio dijo...

Sólo dejo constancia de visita. Luego leo, que ya me está esperando el taxi.

Con el Huitzi araña no hay bronca. Es un dios buena onda que el único sacrificio que pedía era humano, y de eso hace bastante.

Un Abrazo.

Donbeto dijo...

Como siempre, querido Antonio, eres bienvenido.
Ojalá que leas y critiques lo más profundamente que puedas.
Transcribo una parte de tu comentario hecho en la entrada "México: conquista vieja" de Mayo, cuando empezaba esta serie:
"...De pronto me parece que la realidad del México actual ve muy lejana la conquista como para extrapolar aquella como consecuencia directa de ésta. Los mecanismos mantenedores del statu-quo parecen una buena explicación aunque no suficiente, debido a los puntos de discontinuidad que se han dado a lo largo de nuestra historia: guerra de independencia, guerra de reforma, revolución. En todos ellos ha surgido una nueva elite divorciada de la antigua. Habría que analizar que tan reales o aparentes han sido tales cambios".
Te dije en aquel momento que habías identificado, mas rápidamente que yo "la pregunta madre" que me ha devanado los sesos mucho tiempo.
Me gustaría que actualizaras tu crítica.
Igual invito a la mayor crítica posible a todos. Resulta muy importante para mi porque presentaré la síntesis en la Sociedad de Historia y agradeceré el señalamiento de cualquier punto de vista divergente, aclarador´u opuesto para pulir mi argumentación y llegar más sólido a la discusión que se dará allá.
Disculpen que pretenda usarlos para fines tan autocentrados...pero ¿para que son los amigos?