domingo, enero 11, 2009

Como huevo en colote

Me siento como “huevo en colote”

Como “canica en lavamanos” sería el genérico en el romance castellano.

Te anclas en una relación durante tanto tiempo…digamos 25 años que, cuando muere, el piso te parece cóncavo y completamente liso de tal forma que no tienes ninguna asidera y quedas permanentemente mareado.

Es que parece que ella se ha llevado todas las agarraderas que te han definido y ahora te das cuenta de que tu proclamada ecuanimidad y solidez eran iguales al grito de pertenencia de cualquier fanático ignorante de su fragilidad.

Quedan tantas huellas de esa siempre única e irreproducible relación que parecieras africano incapaz de vivir gozosamente sin su colono europeo.

El largo acompañamiento se prolonga, perdido ahora, como la sombra móvil de luz de vela tironeada por corriente de aire.

Me ha encontrado el espacio vacío y aunque lo encaro con casi plena indiferencia advierto, con la serenidad del deshauciado cansado que, en el vacío, el recuerdo de la plática más pueril e intrascendente o de la discusión mas pendeja, quedan como destellos esplendorosos.

Parece que ella se llevó todo, incluída la luz eléctrica